Guerra entre razas.

Parte 6-

Bellatrix se estiró en la cama cuando los rayos del sol la dieron en la cara. Acostumbrada a dormir sola casi tira a Aural varias veces al suelo, así que ninguna durmió del todo bien aquella noche.

Cuando bajaron a la cocina el desayuno estaba preparado, pero en la cocina no había nadie. Bellatrix olfateó el aire y percibió a su madre en el salón y a su abuela en el jardín, pero ni rastro de su padre.

Después de un desayuno frío y en silencio la híbrida subió a su habitación sin esperar a que la maga, que comía bastante más despacio, acabase de desayunar. Cuando la maga llegó al cuarto había una bolsa en la cama que Bellatrix llenaba con ropa. Además, puedo ver una daga antes de que fuera ocultada bajo una chaqueta.

-¿Sabes usar la espada?-preguntó la maga.

-Un poco, pero no lo necesito.-Bellatrix la miro y extendió un brazo enseñándole la mano que empezaba a cambiar dejando ver una garra. La híbrida sonrió orgullosa de si misma, la maga apartó la mirada de la garra.

Cuando Bellatrix acabó de preparar todo se dirigió al cuarto de baño y se baño. La maga que no sabía que hacer decidió convertirse en cuervo y sobrevolar el pueblo, para no ser una molestia. Aunque la híbrida le había dejado claro que no molestaba.

Cuando Aural se hubo ido Isabelle apareció junto a su hija, esquivando las ventanas por las que se colaban los rayos del sol.

-Hola hija.-la vampiresa se sentó en el suelo detrás de la puerta.

-Mama.-respondió la híbrida hundiéndose más en el agua.

-Es bastante mona esa chica, ¿no?

Isabelle había intentado que su hija se juntara con otras personas después de la muerte de Anna.

Bellatrix bufó en respuesta.

-Solo somos amigas.-dijo después-No quiero estar con nadie.-echo la cabeza hacia atrás, apoyándola en el borde de la bañera.

-Es la primera amiga que tienes.-Isabelle jugaba con su pelo, parecía más joven de lo que era.

-No necesito ni amigos ni amigas, mama.-suspiró.

Su madre la miró y después se levantó.

-¿Con quien estarás el día que nosotros no estemos?

-Conmigo misma.-contestó sin mirarla-No necesito a nadie más.

Isabelle sonrió triste y salió del baño. Bellatrix se hundió por completo en la bañera y no salió hasta que no empezó a quedarse sin aire.

Cuando se había secado y puesto ropa limpia se asomó a la ventana y esperó hasta ver el cuervo que ahora era Aural. Cuando esta la vio asomada descendió hasta apoyarse en su hombro, Bellatrix la acaricio la cabeza mientras volvía dentro de la habitación.

Un par de horas después Michael llegó a casa y les indicó que recogieran sus cosas.

Media hora mas tarde salían por la puerta. Aural se convirtió en pájaro y cuando Bellatrix la vio se giró a sus padres pidiéndoles poder ir como loba; estos la dijeron que si. Así que al cabo de un rato había dos lobos y una vampiresa corriendo por el bosque seguido, desde el cielo, por un cuervo.

Varias horas después pararon a comer en mitad del bosque, protegidos por la sombra de los árboles. Aural siguió como cuervo e Isabelle cazo un ciervo al que le quito toda la sangre, dejando la carne para su hija y su marido.

Cuando acabaron de comer descansaron un poco, Isabelle y Michael durmieron un poco; la maga siguió volando; y Bellatrix se quedó mirando al cielo, por su cabeza pasaban mil y una maneras de acabar con Alexander.

Con la brisa de la tarde reanudaron su camino hacia la fortaleza más cercana. Para llegar a ella tardarían cuatro días de viaje.