Ángeles y Caballeros: la resurrección de dos mundos #1

El Rito De Madurez

Sarael

Pasaron aquellos dos días de estudio que aprovechó para repasar aquel examen el cual duró casi medio día, empezaron a las doce del mediodía, y salieron sobre las ocho de la tarde. El examen para Sarael era sencillo aunque era larguísimo por su parte, había tanto preguntas de responder a la perfección y bien, como de reflexión. Aquellas preguntas eran las que menos le agradaban a Sarael por el famoso problema suyo que finalmente no pudo controlar, el problema de reflexión. En resumen las sesenta hojas de examen fueron respondidas correctamente por Sarael sacando, como siempre la mejor nota de la clase, un 8.6. Tras el examen final, Sarael quedó exhausta aunque también feliz, ahora solo le quedaba hacer el práctico y eso quería decir que tendría que celebrar el rito de iniciación y le serían concedidas esas alas que han sido siempre ansiadas desde que las vio por primera vez con Dakk, persona que no ha vuelto a saber de él desde que se despidió cuando le presentaban el castillo. A veces pensaba en él y otras veces se centraban en sus obligaciones. Tanto Julieta como Erick se acercaron a felicitarla por su maravillosa obra de arte, dando a entender su maravilloso examen, lo celebraron aquella noche en el comedor.

El primer día que era ansiado por Sarael, ya que era la primera vez que recibía aquel líquido espeso falso. Se encontraban detrás del palacio, para que ningna mirada fisgona sepa qué es lo que estaban haciendo. Se encontraban en pleno césped, Julieta estaba nerviosa por lo que probablemente podría pasar, en cambio Erick estaba impaciente por el experimento que podría hacer

-Vale-comenzó Erick -te recuerdo que este líquido escuece, por lo que no te pongas a chillar -avisó

-Pon eso en mi espalda ya Erick, llevas veinte minutos diciéndome lo mismo-protestó Sarael. Erick cogió con un guante aquel espeso líquido y la huntó en la espalda, sobre todo por la zona del omóplato. Se alejo unos pasos para saber el cambio que experimentaría

-Vale, ésta sensación es algo extraña-pensaba Sarael -es extraña pero al menos no siento dolor, por lo que eso es bueno cuando el día del rito de iniciación me pongan el líquido. Esta sensación, es como si algo saliera involuntariamente de mi espalda.-Sarael seguía en el suelo arrodillada tras la finalización del pequeño experimento.

-¿Sarael te encuentras bien?-preguntó Julieta

-¿Cómo, ya está?-se sorprendió Sarael

-¿A qué te refieres con que ya está? Debería de haberte escocido, deberías haber gritado llorado, suplicando piedad, y te veo aquí tan tranquila-protestó Erick

-sinceramente sientes un hormigueo y algo que sale de tu espalda, algo que da bastante grima-confesó -pero no es para tanto

-Dejaros de palabrería porque esto tiene un efecto duradero de cuatro horas por lo que no podemos perder tiempo-dijo Julieta. Sarael se tomó un tiempo para ver sus alas que eran de color marrón con toques negros, eran bastante grandes, al igual que las de Julieta y las de Erick.-Son bonitas-confesó Julieta, la cual enseñó sus alas

-Se me olvidó comentar que esas alas, al contrario que las nuestras, no pueden ocultarse, no son capaces de realizar esa opción. Nosotros en cambio podemos ocultarlas para poder protegerlas, porque como ya sabes nuestras alas son muy delicadas y si sufren algún daño dejan de funcionar y todavía no se ha encontrado la cura para volver a repararlas-comentó Erick. De repente surgieron sus alas que al igual que Julieta eran blancas pero cada punta de cada una de su plumas era de color grisáceo que hacía que le diera mayor profundidad.