Capítulo 12.

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Alaska Jones.

Siempre pensé que los chicos eran como yo las imaginaba, odiosos, bromistas de muy mal gusto, mujeriegos y entre muchas otras cualidades. Pero el haber conocido a Liam Hurley me hizo cambiar de parecer. Conocerlo en mi primer día de instituto fue extraño, y que me terminase gustando en mi último año, también. Quizás estoy siendo demasiado cursi, quizás estoy pintando todo de color rosa, quizás él me hace ser así.

Me gustaba -y me gusta- observarlo cuando está distraído, me complacía verlo riendo junto con sus amigos en los recesos, y muy dentro de mí me guardaba que amaba cuando llegaba a molestarme todas las mañanas al iniciar las clases. No sé por qué es que nunca me atreví a querer conocerlo más allá de lo que ya lo conozco. Mi mejor amiga siempre me dijo que algún día abriría los ojos para ver más allá de Liam Hurley, pero simplemente me negaba a aceptarlo.

A veces sólo quiero irme por un largo camino y no saber nada de nadie, como si quisiese que sólo yo existiese sobre la faz de la Tierra. Mi vida a veces no es tan sencilla como aparenta, yo también me siento frágil, yo también me desvanezco cuando siento que todo a mi alrededor no es como yo quiero. Yo quiero ser como mi imaginación lo desea. La vida según Alaska no es tan sencilla, ¿saben?

-¿Un poco distraída, chica? -cuestiona Molly con una media sonrisa.

La miro sin ninguna expresión.

Hoy me levanté con el pie izquierdo y con un humor de los mil demonios. Mis pensamientos han sido de lo más extraño, como si quisiese desaparecer aunque sea por cinco minutos. Y no me siento en condiciones de entablar ni siquiera una conversación.

-Ajá -es lo único que me animo a decir.

Mi amiga me mira con una ceja levantada, yo haría lo mismo si estuviese en sus zapatos. Ella no dice nada, seguro que prefiere no hablarme al saber que mi respuesta será cortante.

-Iré a mi casillero -le digo, me levanto de la banca y camino sin esperar alguna respuesta de su parte.

Camino por el largo pasillo hasta irme acercando a los casilleros. A lejos, cerca de las escaleras diviso a una pareja riendo animosamente y abrazados. Sin embargo no logro ver quiénes son, y tampoco es como que si me importase.

Sigo mi camino y abro mi casillero para sacar unas cosas. Antes de cerrarlo veo un poco más de cerca que aquella pareja se trata de Liam y Macy, juntos. Abrazados. Riendo. Mi mano se desliza del casillero a paso lento hasta caer. El libro que llevaba en mi mano hace un estruendo en medio del pasillo. Reacciono rápidamente y me agacho a juntarlo mientras acomodo mis lentes. Mis manos y todo mi cuerpo tiemblan al levantar la vista y ver que ellos fijan sus ojos en mí.

Me siento estúpida, ignorante, y muy rota por dentro. Casi quiero reírme de mí misma al ver lo tonta que fui y estoy siendo.

¿Enserio él se fijaría en alguien como yo?

Era obvio que la burbuja en la que estaba, explotaría. Me haría caer en la realidad de que alguien como él jamás se fijaría en alguien como yo. Sé que mi autoestima es una mierda, siempre lo ha sido, sin embargo estando con Liam no me importó.

Suelto un gran suspiro y doy vuelta para seguir caminando con el libro siendo aplastado fuerte contra mi pecho. Trato con las pocas fuerzas que me quedan tratar de no llorar. ¿Por qué lo haría? ¿Por creer en él a sabiendas que tenía a muchas otras chicas? ¿Por saber que esto pasaría tarde o temprano? ¿O porque es precisamente que está con Macy?

-¡Alaska! -escucho que Molly grita a lo lejos. Mi vista está empañada por las lágrimas que salieron sin control.

No llores, Alaska.

La vida según Alaska. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora