capítulo 2

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   De nuevo me despierto en un extraño hospital de urgencias, se abre a un metro escaso la cortina azul que separa la mitad de la habitación y una mujer me saluda.

-Hola María - susurra.

  Y entonces recuerdo su historia; No me llamo María, y la mujer ya no está sedada.

  ¿Qué está pasando? Mis sueños nunca han continuado después de... lo que ocurra y haga que un sueño acabe. Bueno, ya taché la opción de que esto fuese un sueño.

  La mujer parece enfurecida al ver que no contesto. No se que hacer, a si que continuó callada, sin hacer nada.

– Es menor de edad, habrá que buscarla algún centro, al menos deberá pasar un año en el... hasta que cumpla dieciocho años claro. Aunque debido a su situación se quedara aquí momentáneamente. – Dice una voz masculina.
 
  ¿mi situación? No entiendo ni que hago aquí, ¿Qué situación?

– Perdone, no me queda un año para los dieciocho, porque tengo quince, y de quince a dieciocho hay, dieciséis, diecisiete y... sí, tres años. – Exclamó frustrada.

– Claro, quince... debido a que no hubo ningún coma, he de decirte que te ingresaron aquí con nada menos que diecisiete años recientes. - Dice el hombre que me mira fijamente. – Hmm... Cree que tiene quince años. – Piensa y apunta en su libreta, después levanta la vista de ella.

– Huy, perdóname, ¡deja que me presente!–comenta– Vengo a solucionar los problemas que hay en este caso, bueno o dicho a mi manera, ayudar un poco por medio, esto está tenso preciosa. Me llamo Mat.

– Ah pues, ¡encantada! – Digo con tono alegre.

  Un tono alegre que para nada definiría como me siento ahora mismo, y... Mmm... hoy seguro que tengo que hacer algo importante... Vaya, esto no es.

   Una enfermera viene con un cuenco de sopa y aprovecha para decirme que mañana tendré sesión con un psicólogo y quizá esta semana puedan contarme lo ocurrido y lo que saben, detalladamente, según mis mejoras.

  La enfermera se va rápidamente.

Doy paso a la sopa mientras Mat me explica algunas cosas que debería saber:

– No entiendo esto - intento explicar.

    No encaja. He sido abducida. Otra opción; me teletransporte con la puerta mágica del gato ese, ¡Doraemon se llamaba!
  Porque no recuerdo haber venido hasta aquí...
  Lo más básico era mi teoría cliché, esto es un sueño: "Oh, estoy soñando  ¡Pellizcame!"
   

    Y mientras pienso en estas posibilidades para mis adentros, Mat me observa de arriba a abajo.

– ¿Qué? ¿espera que diga algo? Esto no tiene ningún sentido lógico para mí. – Y de verdad no creo que lo tenga.

– Lo tuyo es diferente a una conmoción cerebral, parece como un caso aparte, del que desconocemos según lo visto, pero no puedo darte detayes de lo sucedido ni de lo que te está pasando. – explica Mat, mientras yo no distingo si me habla realmente a mí o es todo parte de una obra de teatro de la que yo no sabía.

   ¿Dónde está la cámara oculta?

– Cres que tienes 15 años y que todo esta bien, pero la realidad es otra. Decírtelo sin más podría afectar a tus mejoras. - Me suelta el Mat ese.

– Le he dicho que no entiendo nada, ¡no se de que habla! Y usted no para de hablar - Exclamo, es como si hablase en un idioma desconocido y no me enseñase a hablarlo a mi, como si Mat hablase para sus adentros.

  - Aunque igualmente... supongo que eso de dejarme con la duda de lo que me ha traído hasta aquí y con esta extraña sensación también las afectaría ¿no? A mis mejoras digo. -Explico con el mismo tono sabio que el suyo, sin estar segura de si cada una de las palabras que artículo tiene o no el más mínimo sentido.

-El problema es que... -Los ojos marrones de Mat se clavan en los mios- no podemos explicar algo si no sabemos como, algo que ni siquiera los expertos podemos comprender. Tu situación, el por qué estas aquí.

   Confundida doy sorbos a la sopa ya fría dándole vueltas al asunto.
 
  Primero: He salido del instituto, un día normal. Pensaba ir a la biblioteca. Estudiaría para el examen de mañana, día normal ¿no? Segundo: Tenía 15 años y estaba en tercero de instituto.

   Ahora estoy en un hospital, con un supuesto estado grave y dos años más. No se donde esta la gente que me importa pero estoy rodeada de médicos y he conocido a Mat, un chico joven, que tendrá unos veinticinco años, de ojos marrón miel y pelo rubio, que en el fondo también es parte de esta pesadilla.

    Porque puedo sentir el tacto de mi piel, reseca. Respirar el aroma a limpio que desprende este pijama que llevo puesto, notar el sabor de una sopa mal condimentada... por eso esto no es un sueño. Pero esta muy lejos de mi realidad.

   Una neblina blanca me lleva hacia otro lugar.

Amnesia | #Taw18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora