20 de diciembre de 2013
Los siguientes días de la semana trascurrieron con bastante lentitud para Guillermo, puesto que el trabajo que tenia que hacer era muy lento. Siempre tenia que volver a confirmar lo hecho, cosa que le hacía perder tiempo. También muchas veces lo interrumpían para mandarlo a dar recados al piso de arriba donde nunca tenían tiempo para dar ni los buenos días. Poco a poco se fue haciendo con los nombres mas frecuentes.
Candy era muy amable y muy simpática, siempre le saludaba con muchos ánimos y cada que Guillermo salía de la oficina o se la cruzaba le sonreía. Los chicos de prácticas arriba se llamaban Alejandro y Francisco. Habían coincidido un día que Guillermo había comido en el restaurante de enfrente. Alejandro parecía ser muy amable y llevable, pero Francisco le resultó de lo más pesado. Tenía una actitud muy cerrada.
También estaba el señor Gómez, que a pesar de lo dicho por Samuel, se ausentaba bastante a menudo. Según tenia entendido, por cosas de expansión. Hasta ese momento no podía evaluar si era muy estricto o no más allá de conocerlo como amigo de su padre.
Y por supuesto, estaba Samuel, con quien pasaba gran parte de la mañana. Y gracias a él no se le hacia tan pesado aquello de las practicas. Guillermo no sabia como le haría cuando regresara de vacaciones para acomodar bien su horario y cumplir con todo.
Samuel era una persona curiosa, le encantaba el morado, tres de aquellos cinco días había llevado una camisa en algún tono de morado debajo del saco. Guillermo había notado también una vez, que había vestido calcetines negros con unicornios. Aquello le había hecho mucha gracia, puesto que Samuel era un tipo que parecía todo un señor macho pecho peludo. Pero aquello también se veía disminuido por su voz, que era extrañamente aguda para su cuerpo, sin resultar ridícula, claro. Todo aquello a Guillermo se le hacia muy tierno. Samuel era como un niño atrapado en el cuerpo de un hombre.
-¿Entonces no has reprobado?
Guillermo le explicaba a Samuel como con 20 años apenas iba a salir del bachillerato.
-No, mi padre viajaba mucho antes de su actual trabajo. De modo que me cambiaban de escuela constantemente, y en un par de ocasiones no pude ponerme al día y perdí los años.
-Vaya. ¿Y a donde piensas irte a estudiar saliendo?
-A la universidad de los ángeles.
-¿Los ángeles? ¿En California?- preguntó un asombrado Samuel. Aquello estaba del otro lado del mundo, y le sorprendía que un chico de 20 años dijera con total seguridad que se quería ir para allá. Mas cuando seguramente lo haría solo.- Bueno, yo es que soy mas hogareño ¿Sabes? Padres, amigos, abuelos... me gusta estar en casa y cerca de la familia.
-Si, bueno, por eso existen diferentes tipos de personalidades.
-Distintos polos.
-Pues bastantes polos en realidad, porque somos miles de millones.
-Los polos opuestos se atraen- dijo Samuel sin pensar. Luego reaccionó, tomó una carpeta de encima de su mesa y la metió en un cajón- esto por aquí....- murmuró nerviosamente.
-Pues si, es verdad- dijo un muy tranquilo Guillermo mientras trazaba una línea en la lista que tenia.
-¡Hombre!, ¡ya son las 2!- Samuel se sorprendió y dio un salto en su asiento.
Aquella era la hora de la comida, después de la cual Guillermo salía y se iba a casa.
Guardaron las cosas y salieron a recepción. Candy estaba de pie.