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-saluda a tu nuevo hermanito amor- le decía su madre enseñando al pequeño a su hermana, Kiki se sentía la persona más feliz del mundo, por fin sus padres habían podido darle un hermanito.... Alguien con quien jugar y a quien proteger.

-¿como se llama mami? Le preguntó la niña de apenas tres años
-su nombre es andy nena- le dijo su papá

La niña lo miraba con mucho amor, feliz de por fin poder tener a aquel hermanito que tanto quería desde hacía mucho tiempo.

Sus padres los admiraban con lágrimas en los ojos, no habían sido capaces de darle un hermano ellos mismos, por lo que se habían guardado la sorpresa de la adopción de aquel bebé.

La niña paso su manita por el rostro de su nuevo hermanito, admirando sus manitas, sus labios rosados y pequeñitos, su naricita. Unas cuantas lágrimas calleron de sus ojos, y posó su mano sobre su cabecera, acariciando los caballitos negros del bebé. Este al sentir el contacto abrió los ojos y miro a la niña con sus hermosos ojitos azules. Una ligera sonrisa se formó en su rostro y una pequeña risita acompañada de balbuceos salió de su boca. La niña río igualmente y sus padres lloraban de la emoción.

-hola hermanito-le dijo - yo me llamo kiki
-ti hi-dijo el niño tomando uno de sus dedos y riendo de nuevo. La niña se emociono
-¿escucharon? Dijo mi nombre-
-si mi amor- le dijo su madre
-te prometo.... - le dijo la niña - que te cuidate por el resto de nuestras vidas..... Te quiero andy-

-_-_-_-_-_-_-

La chica sostenía aquel cigarro entre sus dedos. Sus ojos castaños estaban húmedos, y de sus mangas corría un pequeño hilo de sangre. Era de noche, le encantaba subir al techo a observar las estrellas desde que tenía dieciséis.

Miraba buscando las constelaciones, buscaba el cinturón de orion como todas las noches, contaba las estrellas que a penas alcanzaba a distinguir entre la luz de la ciudad. Su cigarro iba a la mitad, el aire fresco se encargaba de llevarse aquel olor que si bien le irritaba, al mismo tiempo le traía paz y tranquilidad.

Pensaba en el día que había tenido, todo lo que había tenido que aguantar, los gritos, las peleas constantes de sus padres, los maltratos de sus compañeras,  la preocupación que le traía el tener que volver a pasar por lo mismo el día siguiente. Se sentía impotente pero a la vez cansada y triste de no poder hacer nada, de no poder defenderse del mundo por si sola, de no poder proteger a su hermano cuando más la necesitó.

-Kiki..... - escuchó la voz de Andrew bajo sus pies. Bajó por la ventana y entro en su habitación, le bajó el volumen a la música que usaba para evitar que sus padres descubrieran que subía al techo o se ponía a llorar por las tardes antes del anochecer. Llegó hasta la puerta y tomo una camiseta del piso limpiando la sangre de su brazo y tirando el cigarro apagado al basurero. Abrió la puerta y pudo ver a su hermano de apenas doce años frente a ella. Se veía pálido y débil, sus ojos tenían enormes ojeras y se veían hundidos y llorosos. La chica lo dejo pasar y cerró la puerta tras el.

El muchacho se sentó en la cama y ella frente a el en el piso.
-¿como te sientes andy?- le preguntó preocupada por su aspecto
-bien... Ya no me duele el pecho como hace un rato.....¿Tu cómo estás? - le preguntó notando sus ojos rojos y su voz rasgos por el cigarro
-igual que siempre hermanito -

Ambos quedaron callados un momento, los gritos incesantes de sus padres se escuchaban hasta la habitación de la chica desde hacía ya un rato
-¿por que pelean esta vez? - pregunto el chico
-algo sobre papá, ya sabes..... Un "cliente" - le dijo haciendo comillas con sus dedos
-oh.... ¿otro o el mismo? -
-la misma de siempre-

Ambos se recortaron en la cama, andy miraba a su hermana preocupado por aquel hilo de sangre que sobresalía de sus mangas, pero sabía que no podía hacer nada por ayudarla, por más que lo intentaba no lograba que la chica dejará de hacer se daño.

-¿aún te duele? - le preguntó
-en realidad..... Ya no..... Sólo me trae un pequeño momento de paz y luego desaparece..... Eso es todo-
-lo siento..... - le dijo el chico comenzando a llorar
-sabes que no es tu culpa andy, es culpa de papá por haberlo hecho, es culpa de mamá por no irse o separarse de el.... No es culpa nuestra, nunca será culpa de nosotros.... -
-pero yo le dije a mamá, es culpa mía que ella lo sepa, y es culpa mía que papá siempre este molesto conmigo..... -
-no, no es culpa tuya. Tarde o temprano lo iba a saber..... No fue culpa tuya que te diera un ataque en ese momento.... -

Ambos miraban al techo, se sentían igualmente cansados, ninguno podía hacer nada por cambiarlo todo.

-_-_-_-_-_-_-

-kiki......kiki por favor resiste..... - decía el chico entre llantos arrastrando a su hermana hacia
La bañera, la chica estaba inconsciente y pálida. Su hermano la había encontrado de regreso de su escuela tirada en el piso de la habitación, con uno de sus botes de pastillas en una de sus manos.

Llegó hasta la bañera y la puso con los brazos y la cabeza dentro de esta, mientras su piernas sobresalian de esta. El muchacho labo su mano e introdujo dos dedos en la boca de la chica, haciéndola vomitar todo lo que pudo, esta no paró en ese momento, seguía vomitando y vomitando sin parar.

Se sentía tan culpable, sabía que debía esconder su medicina, sabía que en cualquier momento su hermana podía hacerlo y sin embargo no había hecho nada. Las voces de su cabeza comenzaban a molestar lo de nuevo, habían pasado semanas sin aparecer y ahora lo molestaban de nuevo, le decían como era un horrible hermano, cómo no había podido proteger a su hermana, cómo debía sentirse culpable por no haberla ayudado antes.

La chica paró de vomitar y miro a su hermano preocupada, se veía completamente nervioso, con su cabeza en sus manos y temblando y llorando. El muchacho levantó la mirada y se lanzó a sus brazos, ambos lloraban con desesperación

-lo siento tanto andy..... Lo siento... - decía kiki a gritos con andy en sus brazos......

-_-_-_-_-_-_-

Habían pasado dos años desde aquel incidente, y Andrew aún no podía olvidarlo, se sentía tan culpable de a penas poder ir podido ayudar a su hermana, pero estaba feliz de que ella hubiese mejorado desde entonces, que hubiese podido volver a sonreír. Sus padres jamás supieron de aquel incidente, sin embargo el no podía olvidarlo.

Se encontraba solo en aquella recámara, estaba en la casa de playa que sus padres habían rentado para el verano. Su hermana y sus padres habían ido a la playa que había frente al lugar, sin embargo el había preferido quedarse a dormir un rato sin poder lograrlo.

Se levantó de su cama y fue hacia el comedor, y pudo notar algo en la puerta del lugar, como si alguien hubiese decidió pasar aquel abre por debajo de la puerta. Lo abrió y dentro de este se encontraban un par de boletos para un circo..... El circo de las almas........

**********

-mira ayá- dijo el chico apuntando hacia un lugar de aquella carpa. Sobre sus cabezas se encontraba un muchacho, vestido con un traje elegante con copa y guantes, haciendo de presentador del circo. Su cabello era rubio oscuro, casi castaño. Su hermana lo miraba extraño, como idiota diría el, se había enamorado a primera vista, clásico de ella.

El show estaba por terminar, pasaron al final unos magos con una esfera de luz, la cual se alzó sobre sus cabezas y dejo ver los mejores recuerdos de cada uno, pero...... Algo extraño sucedió. Todos en el lugar comenzaron a sentirse mal. Algunos caían desmayado, otros gritaban por el dolor.

Los hermanos corrieron a la salida más cercana y comenzaron a exigir que les dejarán salir. El muchacho sentía una horrible presión en el pecho, y su hermana terminó por desmayarse, una luz oscura salió de su pecho y se elevó llegando hasta las manos de un chico rubio y delgado con ojos color ámbar.

Él comenzó a ver todo borroso y puedo distinguir una figura, un chico, que se acercaba a el a paso lento, puedo sentir como lo levantaba en sus brazos y comenzaba a caminar con el...... Sin embargo, terminó por desmayarse en sus brazos.

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-soy mabel - le dijo sonriendo la chica frente a el.......

RegresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora