Capítulo 8: ¿Nerviosa?

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Before..

Cuando iba a hablar de todo lo que paso, la mayoria de los alumnos del Blake abrieron un espacio como para que Michael Jackson pasará; oí a todas las chicas suspirar, eso era muy obvio. Matteo y Gaston. Al voltear a verlos, fue como un impulso me había tentado tanto en verlos, nuestras miradas se conectaron. El me miro fijamente y yo a el, el mundo se detuvo y por un momento sentí algo que no fuese odio por Matteo una conexión única y el beso vino a mi mente esta confundida muy confundida.

[....]

Todos en el corredor miraban extraño, algunos siguieron la mirada de Matteo y otros la mía para terminar viendo que nos mirábamos uno al otro. Fue algo incomodo pero algo en mi no lo sentía así.

—Luna, Luna.— Nina pasaba su mano frente a mi rostro.

—¿Eh? ¿Sí?.— corrí mi vista. Vi de reojo que Matteo copió mi acción.

—¿Qué acaba de pasar?.— me susurraba.

—¿Que, qué acaba de pasar?.— intente sonar discreta. Ella asintió. —Nada.

—Luna a mi no me mentís, ¿que te pasa con Matteo?.— no sabia si contarle lo del beso pero necesitaba liberarme y hablar de ello.

—Nada Nina.— mentí aún no estaba segura de contarle.

—Luna dime podes confiar en mi.— repitió.

—Esta bien.— suspire. —Pero sera después del Blake vamos a la mansión y ahí te cuento ¿va?— hable insegura.

—Bueno, pero me cuentas.— yo solo asenti.

Nos dirigimos a nuestras respectivas clases. El resto del día fue igual de siempre, aburrido. Terminaron las clases y me fui con Nina a la mansión estaba pensando si en decirle ya sabia que podía confiar en ella pero me va a meter ideas locas en la cabeza; subimos a mi habitación le pedí a Amanda dos licuados de fresa con kiwi y pera.

—Gracias Amanda.

—No es nada señorita Luna.— se retiro y tome mi licuado lo mas rápido posible. Lo empecé a tomar antes de que Nina me interrogara.

—Luna, Luna, LUNA.— me grito.

—Sabe muy rico.— le cambie el tema.

—¿Me vas a contar?.— se sentó frente mio.

—¿No quieres el tuyo?.— ella negó con la cabeza. —¡Ya sé! Deja y le pido a Amanda galletas ahora vuelvo.— me levante evadiendo el asunto pero Nina me detuvo tomandome del brazo y me sentó.

—Luna, ¿por que no me quieres decir?.— me volteo viendo hacia mi ventana.

—¿Por que? Sabes que de aquí nada sale.— di un largo suspiro me levante y cerré la puerta de la habitación.

—Esta bien, eres mi amiga y te puedo contar.— ella tomo mis manos y asentí. —Es qué el día que me quede con Matteo en detención.— empecé a decir.

—Sabia que trataba de Matteo.— me interrumpió, empezó a hacer su típico baile de felicidad.

—Nina.— dije haciendo puchero. —Ya no te cuento nada.

—No, no, no, lo siento ¿que más?.— volvió a decir.

—Pues nos encargaron un trabajo.— continúe. —De la segunda guerra mundial, pues..— me callé —¡Porqué es tan difícil.— grite

—Ve al grano Luna.— cerré mis ojos.

—Matteo y yo nos besamos.— hable muy rápido, abrí un ojo, Nina andaba sorprendida.

Un amor ciego |Lutteo| |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora