Un amor ciego |Lutteo| |Editando|

Capítulo 63: ¿qué nos detiene?

Before..

—¿Qué dices?, ¿huimos?— extendió su mano con una sonrisa en su rostro.

Tome su mano asintiendo con una sonrisa en mi rostro.

[...]

—Igual sabes que no podemos irnos hoy, debemos planearlo bien.— mi sonrisa se borro, ¿qué nos lo impedía?

—¿Por qué?— respondí con un tono de voz mas serio

—Las cosas se irían de control. Debemos ir por nuestras cosas, lo más básico, tengo que ir por dinero..— mientras más cosas decía, más nerviosa me ponía. —y bueno, poder despedirnos de alguna forma de nuestros amigos y pues tus padres ¿no?

Matteo tenía todo un plan más realizado en mente, mientras yo, yo sólo planeaba irme ya.

—Pero no quiero regresar ahora, Matteo, Sharon me prohibirá hasta la vida.— comencé a llorar de frustración

—Lo sé, mis padre llegan al final de esta semana, no quiero verlos.

—¿Entonces?

—Tenemos que apresurar todo, no podemos dejar pasar mucho tiempo y no levantar sospechas.

—¿A dónde iremos?

—Eso tenemos que ver. Mañana comenzamos mejor, hoy ya esta demasiado pesado el día como para hablar de esto con profundidad.— sólo pude decir que sí. —Tranquila, te prometo que nos vamos a ir lo más pronto posible.— beso mi frente.

Íbamos caminando supongo que hacia su casa aunque los rumbos ya no eran tan conocidos para mi.

—Matteo, ¿ya casi llegamos?— me miro raro.

—¿A dónde?

—A tú casa, obvio.

—¿Se supone que vamos a mi casa? Yo te vengo siguiendo desde que salimos de la mansión.

—¡No! Pensé que íbamos a ir a cenar a tú casa.

—No, bueno, ahora sí.— tomo mi mano y fuimos hacia otro lado.

Hubiese sido mejor seguir así caminando, nos hubiéramos perdido y ya huíamos.

Matteo.

Otra vez regresaban mis padres. Claramente me puso mal, siempre hay problemas cuando ellos vienen y no respectivamente entre nosotros, dañan mi ambiente.

Me estaba arreglando mientras le escribía y marcaba constante a Luna, no sabía nada de ella desde la tarde. En fin, mi mente estaba más concentrada en los problemas que iban a suceder tras la llegada de mis padres, y aunque mi madre sea sumisa a todo lo que mi padre diga, suele entrar en conjunto.

Salí de mi casa hacia la mansión. No recibí respuesta pero si iba y les pedía formalmente salir con ella quizá la dejaban ir.

Iba ya llegando la casa de Luna. Leí su mensaje por lo que supuse que si le habían dado permiso, creí que iba a ser más difícil.

Pase el portón. Me acerque lo suficiente a su casa y pude escuchar una pelea pero no le tome mucha importancia. Timbré.

Me abrió Amanda dejándome pasar. Vi como estaban en un momento de tensión gritando. Entonces de aquí provenía todo.

—Buenas noches.— salude. Me voltearon a ver Ámbar y Sharon, vi como Luna se ponía tensa, algo malo había pasado aquí.

—¿Qué haces aquí?— me grito Ámbar

—¿Qué deseas?— habló con muchísima autoridad Sharon

—Vine a buscar a Luna.— sonreí al terminar mi oración. Sharon me miro muy mal, recordé que para ella es Sol y no Luna, tonterías. —Sol.