Capítulo 01

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Me seco las lágrimas por enésima vez en los últimos tres minutos. Miro la puerta color caoba frente a mí y pienso en cómo acabe dentro del cuarto del conserje, y en como mi vida cambió en la última hora. Había hecho el ridículo frente a todos y aún podía escuchar las risas resonando en el pasillo, el corazón se me estruja de solo pensar en cómo él me había hecho todo esto. Recuerdo que me había tomado meses aceptar mis sentimientos y luego llenarme de valor y confesarle lo que siento, sin embargo, nada de cómo lo imaginé sucedió, ni estaba cerca de mi fantasía.

No puedo evitar echarme la culpa de todo y es un hecho que cuando salga de este cuarto nada de cómo era mi vida, será igual. Él no tuvo que haberme tratado así, no tuvo que haberme roto el corazón de esta forma, no tuvo que haberse reído de mí en frente de todos.

Me sorbo la nariz y escondo la cabeza entre mis rodillas. No sé exactamente cuánto tiempo he estado aquí, pero sé que han sido al menos un par de horas. En el que luego de los hechos trágicos saliese corriendo como si mi vida dependiera de eso y me encerrara en el cuarto del conserje, no quiero que nadie me encuentre y me viera en este estado en el que ni siquiera puedo parar mis lágrimas, así que me eche pestillo a la puerta.

Escucho la cerradura de la puerta siendo ser destrabada, me apresuro a limpiarme el rostro al tiempo que la puerta se abre.

—¿Qué haces allí encerrada, niña? —me pregunta George, el hombre del conserje al abrir la puerta, con el ceño fruncido y mirada de pocos amigos

—Regodearme en mi miseria —le suelto en medio de un sollozo. Tuerce los labios.

—Ya, me alegro por ti, pero mejor verte a regodearte en tu miseria a otro lado.

—¡Estoy llorando a moco tendido!

—¡Eso no me importa! —me espeta, imitando muy mal mi voz.

—Eres un frívolo.

—Y tú una mocosa llorona...

—Gracias, George —le corta Sam, apareciendo detrás de George con expresión preocupada, me echa un vistazo y puedo ver cómo los ojos se le llenan de tristeza—. Sabía que estarías aquí, te he buscado junto con Summer por toda la escuela. Ya todos se fueron, puedes salir.

Sam me brinda una sonrisa de dientes cerrados y recuerdo que fue la misma que me brindo cuando él me gritaba frente a todos cosas horribles.

—Vamos, niña no tengo toda la tarde —me dice George, lanzándome una mirada enfado. Me apresuró a salir del cuarto y dejar que George entre—. Has dejado todo tu olor de pretenciosa —hace una mueca—. Necesitare mucho desinfectante.

Sam cierne sus brazos sobre mí en un abrazo, hace círculos con sus manos sobre mí espalda y deja escapar un suspiro.

—¿Cómo te encuentras, cariño? —me pregunta en un susurro. Se separa de mí y yo siento que un nudo se me instala en la garganta. Me muerdo el labio inferior al tiempo que los ojos se me llenan de lágrimas, parpadeó un par de veces.

Un Amor Para Rachel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora