Un Amor Para Rachel.

Capítulo 04

 

—¿Me estas escuchando? —me pregunta Sam, chasqueando los dedos cerca de mi cara.

Me acomodo sobre mi puesto y echo un vistazo a Terry's, el lugar a la que la mayoría de este lado de la ciudad venía —salvo por Summer, ella hacia parte al otro lado de la ciudad, donde las casas el tripe de grande con jardines deslumbraste— a pasar el rato y tomar de sus exquisitas malteadas.

—¿Ustedes tenían ya tenían un plan armado? —inquiero elevando las cejas. Le doy un sorbo a mi malteada de frutos rojos mientras observo a Summer gruñirle al teléfono.

—No armado, pero si una idea —se defiende Sam, poniendo un mechón detrás de su oreja.

—¡Agh! —Chilla Summer lanzando su teléfono a la mesa—. El tonto de Dean quiere mi auto —se cruza de brazos a la vez que la pantalla de su móvil se enciende, apareciendo una foto de su hermano mayor.

—¿Por qué? —curioseo.

—Mamá le ha castigado porque se negó a seguir saliendo con Leslie —nos explica, dándole vuelta al teléfono—. Y me siento orgullosa de que mi hermano mayor haya roto con  Leslie, pero la cosa es que detrás de todo era una relación arreglada.

—¿De verdad? —inquiere Sam sorprendida.

—En el otro de la ciudad la mayoría de las relaciones son arregladas, Sammie —le aclara la castaña obviedad—. Es súper normal.

—¿Eso quiere decir que tú también tendrás que salir con alguien en una relación arreglada? —le pregunto.

—Si —contesta Summer haciendo una pausa—. Mamá está esperando mis dulces 18 para sí emparejarme con un chico que ni si quiera conozco. Bueno al menos sé que su nombre es Jonathan.

Sam y yo nos miramos sin poder creerlo, esto parece como película.

—Eso suena súper horrible —masculla Sam, haciendo una mueca.

—Me sirven de mucho sus palabras de aliento —pone los ojos en blanco, como si en verdad no le importara, pero en el fondo puedo ver tristeza—. Aún tengo dos años antes de ser la novia de ese tal Jonathan. Además no es tan malo, Dean y yo somos productos de una relación arreglada.

—¿Eso significa que tus padres enamoraron?

Summer abre la boca para decir algo, pero entonces mi teléfono la interrumpe. Al tomarlo descubro que se trata de Dean. Le muestro la pantalla a Summer, pone los ojos en blanco y luego lo toma.

Solo intercambian un par de palabras, para luego la castaña ponerse de pie y salir del lugar. Miro a través del cristal —puesto que estamos al lado de una ventana— y noto que Dean está allí de pie cerca del auto de Summer, al llegar ella donde él, este toma su rostro entre sus manos y le planta un beso en la frente.

—¿Por qué Dean McDonnell tiene que estar tan malditamente precioso? —cuestiona Sam, haciendo un mohín con sus labios.

La rubia tiene toda la razón. Dean es solo dos años mayor que nosotros, ya está en el primer año de la universidad más prestigiosa —y cara— de la ciudad.

Su cabello es del mismo tono castaño que Summer, sin embargo sus ojos son verde esmeralda, unos verdes preciosos que puedes quedarte viendo por horas y no cansarte, nariz respingona, barbilla ladeada y ni hablar de su sonrisa. Era parte del equipo de Futbol de su escuela —porque el sí hizo la escuela en el otro lado de la ciudad, donde pertenece. En la famosa Pine View School, donde es obligatorio llevar uniforme y que tus padres tengan dinero para desperdiciar—, por lo que su cuerpo está en un muy buen estado. Todo en Dean McDonnell lama la atención y no solo por su apellido.