Rompí todos los relojes de casa
para que el tiempo no fluya
para que nunca llegue la hora de olvidarte.
Rompi el reloj de mi mesa de noche que me despertaba cada día y me recordaba que una vez más estaba sola
Rompí el reloj que llevaba siempre en mi muñeca, ese que tu me regalaste para que pueda llegar a horario a nuestras citas.
Lo rompí porque el tiempo pasaba cada vez más lento sin vos, porque cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día era otro día más sin vivir.
Rompí el reloj del comedor, aquel que marcaba la hora en la que llegabas a casa para cenar, y ahora que ni ceno, ya no lo necesito.
Rompí todos los relojes, todos reflejaban el correr del tiempo y marcaban los minutos que no estabamos juntos. Me di cuenta que como al igual que las agujas del reloj seguían su curso, el tiempo no iba a volver, y vos tampoco. El tiempo no te iba a traer nuevamente, solo acarriaba los recuerdos que se presentaban en las noches y hacían que te echara de menos.
Los agarré, los destruí en mil pedazos a todos y tiré los restos en la basura. Lo hice porque no quería que llegára la hora de olvidarte, no aún.Ana
