Sorpresa 2/3

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Llegamos a mi casa en menos de cinco minutos ya que les hice correr un poco a las chicas.

Subimos hasta mi departamento riéndonos de la cara que ponían los automovilistas cuando nos veían gritar y reírnos de una manera que parecía que habíamos tomado de más, inclusive un chico muy joven y bastante apuesto se ofreció a acercarnos a nuestra casa, ya que estaba preocupado por nosotras, pero por supuesto que eso nos causó más gracia y no podíamos parar de reír.

Llegamos y todo el ambiente estaba en silencio hasta que escuche a mi mamá en la cocina.

-Hola niñas, pasen, la comida casi está lista, ayúdenle a Emma para que pueda colocar toda la mesa y así poder comer tranquilas.

-Pero y papá?

-Tuvo que salir de urgencia al hospital-mi papá era doctor allí- dijeron que el médico que estaba de guardia tuvo un accidente y él tenía que ocupar su lugar.

-Ah... Está bien, supongo...

Pusimos toda la mesa y nos sentamos mientras que mi mamá traía su famosa lasaña.

Minutos después de comer todo, cuando todas ya estábamos satisfechas y listas para el postre, supe que por fin me iba a decir eso que me ocultaba.

-Sabes hija, tú ya eres grande y yo quiero que entiendas que fue un accidente pero no por eso deja de ser una bendición- Oh por Dios mi mamá está embarazada!- y quiero decirte que... Vas a tener un hermanito...- la cara de mi mamá era de total preocupación porque tenía miedo de cómo podía reaccionar, lo que no sabía era que estaba más que feliz de por fin tener un cómplice aunque sea pequeño aún lo iba a querer y a mimar con todo mi corazón.

-Mamá estoy tan contenta!- mi mamá me abrió los brazos para que me una a ella en un abrazo. La abracé con todas mis fuerzas.- muchas gracias por este regalo- le susurré.

Ari y Anne nos miraban sorprendidas pero con una sonrisa en el rostro de cada una.

-Felicidades tía!- gritaron al unísono uniéndose a nuestro abrazo.

Terminamos comiendo helado en el sofá de mi casa las cuatro mientras que hablábamos sobre el bebé, este día no podía ir mejor.

Era lunes de nuevo y era odioso tener que levantarse temprano. Ayer Anne y Ari se fueron como a las diez de la noche, Connor se ofreció a llevarles a las dos ya que era tarde- extraño no? Con otras se portaba atento pero a mí no me podía ni siquiera ver, y eso que nos conocíamos solamente un día- apreté mi sien con ganas de que el dolor de cabeza repentino desaparezca.

Lo bueno de todo esto es que hablamos con la mamá de Anne y accedió a inscribirle en el mismo instituto para que podamos seguir juntas.

Ya está lista apunto de bajar pero no encontraba mi celular y eso me estaba demorando, una vez que lo encontré, salí al pasillo y escuche a mi papá hablar con alguien por teléfono en su habitación.

-Si! Ya te dije que solucionaremos todo esto, no te preocupes, tú solamente cuídate bien que eso es lo más importante, adiós.

Cortó la llamada y se giró para salir de su habitación, pero antes yo ya había bajado las escaleras para evitar que el me descubriera escuchando sus conversaciones.

Mi mamá estaba contenta preparando el desayuno con su traje lista para irse al trabajo.

-Buenos dias preciosa, te prepare unas tortitas para que puedas comerlas con tu café, que por cierto ya está lista en la máquina.- me acerqué y le di un beso en la mejilla.

-Gracias mami, te amo.- me acerqué, y comencé a desayunar rápidamente que seguro Anne y Ari ya me estarán esperando abajo.

Una vez que me cepille todos los dientes salí del departamento corriendo para poder alcanzar a las chicas.

Llegué a la parada y las vi muy metidas dentro de sus celulares así que supuse que no se enojarían si les daba un pequeño sustito.

Me acerqué despacio y una vez que estuve lista grité.

-Ya estoy aquí!- ellas saltaron y se asustaron tanto que inclusive a Anne casi se le cayó su celular pero por suerte lo atrapó antes de que caiga.

Yo estaba riendo hasta que Ari me dio un golpe por la cabeza lo que provocó que casi cayera y ellas se comenzaron a reír.

Life is a GameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora