-Anne-
De camino al orfanato noté que unos chicos me seguían así que comencé a correr, ellos intentaron seguirme pero saque provecho de mi estatura y me escabullí por una cerca rota cuando me perdieron de vista, era la de un jardín abandonado, completamente rodeado por una cerca de madera, algunas plantas estaban muertas y otras demasiado crecidas, el suelo era de piedras y las plantas se encontraban en grandes círculos de tierra, en el centro había una pequeña fuente llena de musgo y rodeada de bancas, si el lugar estuviese cuidado, sería hermoso.
Escuche como esos chicos que me seguían pasaban cerca, hablaban sobre que me encontrarían mañana en el recreo, no me agradaba esa idea, los pasos se alejaron y yo espere unos minutos a que mi corazón se tranquilizara. Salí a través de las maderas rotas y me encamine a la acera.
Voltee a todas partes para asegurarme que estaba libre de peligro, pero no, no puede ser verdad, ¿Enserio? ¿Ella también? en el otro lado de la calle se encontraba esa insufrible niña de cabello rojiso. Nos miramos fijamente. No lo podía creer, ya se convirtió en una de ellos, tan rápido, de seguro la enviaron a golpearme ya que parece más fuerte que Clara y no querían meter en problemas a ningún niño.
Me fije en mi entorno, esta era mi calle, estoy segura de que el orfanato esta sólo a unas casas a mi izquierda. Cuando ella empezó a cruzar la calle en mi dirección salí corriendo de nuevo, no paré hasta llegar a mi "casa", escuchaba como ella gritaba mi nombre ¿cómo lo sabe? Estando parada en la puerta eche una mirada sobre mi hombro, pude ver su cara de arrepentimiento.
Estupendo, es genial que te sientas mal, de seguro Clara le gritara por no poder agarrarme y así la atención se desvía de mi por aunque sea sólo un segundo. Entre y cerré la puerta con fuerza a mi espalda, provocando que un pedazito de pintura caiga.
Una figura salto del susto sentado en el viejo sofá, era Lucas, uno de los mas pequeños del orfanato. Era un nene muy mono, sólo tiene tres años aquí, según lo que me enteré, tenía sólo a su madre y ella lo tuvo que dejar aquí ya que ella tenia una enfermedad terminal, a los tres meses que Lucas llego, ella murió, intentamos contactar al padre pero él se borro del mapa.
Me senté en el sillón delante de él, esperando que su ternura me baje el mal humor, y sí que funciono cuando él me dirigió una sonrisa atontada, sonreí sin poder ni querer evitarlo.
- ¿Qué estará pasando por tu pequeña cabecita para que estés tan feliz? - a él se le escapo una pequeña risa y empezó a retorcer sus manos sonrojándose. Era tan adorable que empecé a reírme a carcajadas - hey, pequeño, ¿acaso es alguna chica? - empecé a lanzar besos al aire, él se encogió en su asiento, yo reí más aún - ¡Lucas esta enamorado! ¡Lucas esta enamorado! - él me callo levantándose y poniendo sus manitas en mi boca.
- ssssshh - se sentó a mi lado y yo lo abracé por los hombros, sin perder la sonrisa, bostezó acurrucándose en mi - es sólo que... creo que todavía quedan persona buenas en el mundo - murmuró para después quedarse dormido.
Yo me quede observando al vacío mientras acariciaba su cabello. Lucas tiene razón, todavía existen esas personas y lo sé porque la nana es una de ellas, al igual que Lucas. Son justo esas personas las que me hacen levantarme y respirar cada día, lo malo es que las personas como Clara son más abundantes y están ganando el juego, estoy frustrada porque cada vez que quiero rendirme, llega una persona como Lucas y me hace pensar como toda una ilusa que yo podría aguantar otro día mas.
Llevé a Lucas a la habitación de los mas pequeños y me fui a la de los de mediana edad que compartía solo con los gemelos, la de los mayores son solo dos una chica y un chico de 15, cuando cumplan 16 tienen la opción de dejar el orfanato pero si no lo hacen, tienen que encontrar trabajo y ayudar a mantenerlo ya que son mayores de edad.
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Un paso hacia el límite
Teen FictionAnne es una chica sencilla, desde que tiene memoria vive en un orfanato, y desde que tienen memoria se ríen de ella. Los tiempos cambian ya sea para mejor como para peor y la pequeña Anne tiene que aprender a ser fuerte. Ella sigue luchando contra u...