Anne
Estaba emocionada, aunque por fuera me mostrara seria, por dentro estaba dando saltos contra las paredes.
Comí en silencio el caldo de pollo que preparo Marco para nosotros, aunque no tenía nada de hambre, todavía me encontraba llena por la manzana del desayuno. Cuando termine, lave el plato y fui a sentarme a la sala a tejer pulseras.
Mientras iba pasando la hora del almuerzo, la mayoría de los chicos que vivían conmigo salían a la calle a pedir dinero y las chicas se llevaban a los menores a la plaza para vender artesanías, la chica de 15 años pinta cuadros muy lindos.
Suspire cuando el nudo se me escapo de los dedos, era un poco triste la escena de sentarse a ver como todos mis compañeros tenían que salir a la calle en busca de alguna persona a la que le quede una pizca de humanidad.
Hoy yo no fui con ellos, quería estar sola, la nana fue al mercado y no volverá hasta tarde. Tal vez vaya dentro de una hora al centro de la ciudad para comprar un royo para mi cámara. Seguí trenzando los gruesos hilos que cada vez se parecían más a mis pensamientos.
Mi mente voló a mi nueva ¿amiga? Alex, pensé un poco más en su nombre tan peculiar, debe ser el apodo de Alexandra, si no, sería muy raro.
- Alexa – pronuncie en voz alta. Me gusta más así, no es tan largo como Alexandra y tampoco es tan varonil como Alex.
Tocan la puerta. El sonido me asusto, ¿acaso habré invocado a alguien con ese nombre o que? Volvieron a tocar la puerta, me levante y me asome por la ventana.
Me altere un poco al ver una Alexa con el cabello desordenado y con algunas hojas ¿será que me escucho decir su nombre?
"Claro Anne, también es un vampiro y viene a presentarte a Edward Cullen"
Tocó otra vez la puerta llevándome a la pregunta principal.
¿Qué hace Alexa en la puerta de mi casa?
"no lo se Anne, ¿Por qué no le abres la puerta y lo averiguas?"
Dándole la razón a mí conciencia abrí la puerta al tiempo que le preguntaba - ¿Qué demonios haces aquí? – mi voz sonó un poco mas fuerte de lo normal, pero no con molestia, era sorpresa. Mire sus ojos negros, parecían estar perdidos al mismo tiempo que me miraba buscando palabras para explicarse, por sus acciones parecía haber pasado por un ataque de nervios, eso me preocupó.
- Mi... mamá... y-y papá – no la deje continuar, esas se podrían decir que eran palabras tabú en esta casa, nunca traían buenas noticias, padres era sinónimo de problemas. Tome su brazo y la arrastre al sofá sentándola en el espacio libre de material para accesorios.
- Tranquila – dulcifique mi rostro mientras ella intentaba aparentar que estaba bien mirando a su alrededor, su rostro tenia rastros de lágrimas que no me atreví a secar con mis manos – toma – le pase un pañuelo de la caja que teníamos en la mesita de café y ella se limpio el rostro, su respiración era pausada y no se atrevía a verme a rostro ¿Qué habrá sucedido con sus padres para que la fuerte Alex reaccionara así? ¿Por qué esta acudiendo a un orfanato?
- Mi maleta – hablo con voz tímida y apunto a la puerta yo fui a por ella y la deje a un lado del sofá mientras cerraba la puerta – yo...- fue interrumpida por el gruñido de su propio estomago, no pude reprimir una risita y ella me miro molesta.
- Quédate aquí, te traeré algo – intente que mi voz sonara lo mas suave posible, no quería alterarla.
Fui a la cocina sin dejar que respondiese y empecé a servir un gran plato de sopa de pollo, gracias a Dios que seguía tibia. Se la lleve a la sala.
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Un paso hacia el límite
Teen FictionAnne es una chica sencilla, desde que tiene memoria vive en un orfanato, y desde que tienen memoria se ríen de ella. Los tiempos cambian ya sea para mejor como para peor y la pequeña Anne tiene que aprender a ser fuerte. Ella sigue luchando contra u...