Ezequiel estaba en el pasillo esperando pacientemente a Marilyn porque sabía que tenía reunión, vio salir a los padres pero en ningún momento ella apareció. Esperó por un momento más hasta que decidió mejor ir a su encuentro, había resistido la tentación de escribirle durante esos días y evitaba encontrársela aunque la miraba de lejos. La razón era para aumentar la expectativa, si todo salía como pensaba estaría ansiosa de verlo, lo que la llevaría a corresponder el beso.
Su próximo objetivo era que ella lo besara espontáneamente, miró a todos lados asegurándose que nadie lo viera entrar al aula, había visto salir al conserje y al parecer ya no quedaba nadie por allí, eso era beneficioso para él.
Las luces del aula se apagaron y eso era indicativo que iba a salir, así que se preparó para el ataque. No permitió que saliera, apenas iba a abrir la puerta la empujó con su cuerpo nuevamente hacia dentro procurando cerrar la puerta con seguro, cayeron unos papeles que llevaba en sus manos y la agarró de las manos tumbándola a la pared, pero no resultó ser una estantería de libros.
Algunos libros cayeron al suelo y Marilyn emitió un quejido al golpearse la espalda pero eso no lo detuvo, colocó sus brazos encima de su cabeza sosteniéndolos con sus manos y asaltó su boca. Se dio cuenta que en esa ocasión no llevaba brillo labial sabor a sandía en sus labios así que recibió el sabor natural de su boca, lo cual lo excitó más. Tal como lo había previsto no opuso resistencia y para su satisfacción empezó a corresponder al beso.
Iniciaron una danza con sus lenguas en el interior de su boca y tal como se había imaginado era glorioso, sobre todo cuando emitió un gemido de placer, con seguridad decidió soltar sus manos para recorrerlas en su cuerpo, ansiaba tocarlo.
Marilyn estaba envuelta en un placer que no podía describir, hacía tanto tiempo que su cuerpo no experimentaba esa sensación, decidió participar en ese beso húmedo y abrasador. El contacto cuerpo con cuerpo provocaba una sensación de ardor en Marilyn que le hacía sentir que la ropa le estorbaba y quería quitársela. Se dio cuenta que sus manos que antes estaban sostenidas en la parte de arriba cedían y decidió bajarlas al cuello de Ezequiel luego a sus hombros acariciándolos, olía tan bien, había deseado tanto besarlo. Se convenció a si misma diciendo que estaría bien porque sería la última vez que le permitiría besarla.
Sintió presión en su cabeza acercándola más con ese beso mientras que su mano bajaba y subía por su cintura y cadera, sentía que iba a derretirse, trató de empujarlo porque la estantería de libros le estaba causando dolor en la espalda y no la dejaba disfrutar completamente, pero al parecer él pensaba que se quería librar de él porque la presionaba más.
Estaba disfrutando del beso pero a regañadientes tuvo que separarse de su boca y decirle que le dolía la espalda, entonces inmediatamente la cogió del trasero luchando con la falda que no permitía que ella subiera las piernas a su cintura pero logro tomarla por los muslos, empotrándola en la primera pared libre que encontrara. Gemían al mismo tiempo.
Ezequiel se dio cuenta que podía avanzar más y comenzó a acariciar sus pechos, eran grandes, estaban duros y cuando arqueó la espalda para él fue lo mejor, necesitaba saborearlos pero resultaba incomodo en la posición que estaban así que decidió llevarla al escritorio.
De un tirón abrió todos los botones que salieron expulsados en la sala de clases, comenzó a besarle el cuello, estaba muy prendido y ella también porque no lo detenía ni decía nada solo seguía jadeando, bajó a la cima de sus senos y tuvo una excelente vista de ellos, absorbió su piel dejándole marcas en ellos, bajó su brasier y encontró lo que tanto estaba buscando , lamió los pezones, los chupó y al final le dio una mordida que la hizo gritar pero no lo apartó así que hizo lo mismo con el otro.
Estaba disfrutando del placer que le daba Ezequiel pero se dio cuenta que estaba dispuesta a entregarse a él en ese momento y eso la horrorizó. Seguro que si el insistía acabarían teniendo sexo allí, en la sala, en la misma sala que daba clases a sus estudiantes, pero ella no podía dejar que eso pasara, tenía que pararlo. Pero antes decidió que iba disfrutar un poco más, solo un poco más. Volvió a convencerse a sí misma que sería fácil detenerlo y decirle que parara cuando ella quisiera.
De pronto sintió frío y se percató que se había alejado de ella, la luz de la calle permitía que no estuvieran en total oscuridad, pudo ver que se quitaba la camisa y quedó asombrada. Abrió la boca al ver su formado cuerpo. Quería tocarlo, pero un temor la embargó cuando notó que se desabrochó el pantalón bajándoselo hasta las rodillas quedando en su bóxer negro con su entrepierna dura.
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Tal vez algún día
Short StoryMarilyn y Ezequiel a pesar de sus diferencias de edad se amaron a tal punto que ni la muerte podría separarlos. 🎖Segundo Lugar en NuestrasEstrella del Cielo de @CieloDeEstrellas Gracias a @broken-dreams-29 y @MilethPineda por la portada.