Capítulo 18. Primer día.

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Después de la partida de una gran parte de mi vida, me puse a ver recordar cómo es que ellos habían formado parte de mi vida, como ellos habían puesto un gran momento de alegría a mi alma, a mi pobre desolada y abandonada alma... aunque ellos son una gran parte de mi necesitaba protegerlos a como dé lugar. Y esto implicaba llevarlos a un lugar más seguro que el de aquí; los peligros que nos rodeaban eran muchos, algo que no podía imaginarme.


El crepúsculo se aproximaba, la tonalidad del cielo cambio repentinamente, de un tono azul normal a un color rojo, con pequeñas rayas naranjas; el ambiente se tornaba de una especie de desesperación y temor que en combinación generaba un escenario de miedo como en las películas en donde poco a poco iban muriendo las personas por cosas totalmente inesperadas.


El sol estaba ya oculto entre el cerro que se localizaba en el oeste del hangar, los pájaros ya comenzaban a ocultarse entre los árboles más altos que podían llegar. Ellos ya se iban a descansar, y con ellos yo igual tenía que suspender la actividad de mi persona. Fui rápidamente al vehículo que había quedado fuera de la cerca que rodeaba la pista, por fortuna todavía no había presencia de los portadores, tenía que darme prisa antes de que fuera alcanzado por uno de ellos, no habría ningún inconveniente con encontrármelos...y lo siguiente que hice fue algo que nunca lo había hecho, algo que no lo pensé más de dos veces y rápidamente lo llevé acabo...enfrentarme a unos de ellos para desquitarme.



Rápidamente me dirigí hacia un claro en el cual se notaba la pronta presencia de los portadores; estaba seguro de eso por el absoluto silencio en los alrededores, al igual que el pronto ruido feroz de los pájaros que temían de ellos. Agarré inmediatamente una ametralladora de hombro, aunque debía admitir que era la primera vez que la iba a usar, mi cuerpo no estaba adaptado al gran peso que ahora estaba cargando; empecé a recordar algunos consejos que me había proporcionado Bruce antes de salir en busca de todos y desgraciadamente fallecer; por suerte solo era de hacer un salto para atrás, en el momento exacto cuando me estaba explicando.



Antes de terminar por completo el repasó de las instrucciones, temí no poder salir de esta, entonces recapacité de mis bajos ánimos para poner una "foto" de todos mis amigos, otra de mi familia y todos mis seres queridos. Fue lo suficiente para ver más allá de mis tristezas, mucho más profundo de mis recuerdos tristes y tener un motivo por el cual lograr mantenerlos seguros.


Entonces empezaron a llegar un pequeño grupo de portadores.




-¡¡¡VENGAN ACÁ PINCHES PARACITOS, MALDITOS FENOMENOS DE LA CIENCIA¡¡¡


Agarre una fuerte bocanada de aire y lo exhale al mismo tiempo que jalé el gatillo enfocándome en el grupo que se aproximaba lentamente



-SI QUIEREN CARNE FRESCA, VENGAN POR ELLA. TENGO PARA TODOS


Después de decir estas palabras, saqué una granada 67 y la arrojé en el centro del grupo. Tenía un pedazo de carne de res el cual habíamos saqueado de una tienda no muy lejos del límite con el rio.


No tardó mucho en detonar la granada y matar con la metralla o trozos de hierro al rojo vivo que salió expulsado al detonar; las granadas de este tipo se encontraban de montones en las guerras del estado islámico; no me sorprendía que Bruce tuviera una caja cargada de estas reliquias. Al parecer solo había un pequeño grupo que merodeaba por la zona.




-MALDITOS, QUE ACASO ME TIENEN MIEDO; ¿NO TIENEN HAMBRE DE UNA RICA CARNE MARINADA CON UN POCO DE POLVORA Y CASQUILLOS GRATIS EN SUS CUERPOS?



Fue entonces cuando me di cuenta que ya era muy tarde como para seguir cazando por estos rumbos, tenía que irme pronto a mi antigua casa la cual estaba muy cerca de la región. Me subí al vehículo que tenía un poco de gasolina (la verdad estaba haciendo milagros con un nivel, y eso de los más bajos) por suerte si tenía mucha suerte porque pude llegar a tiempo a mi casa antes de que fueran las 9.


Cerré por completo todas las puertas, ventanas o portales que estaban en la casa (normalmente estaba cercada con malla eléctrica alimentada por un generador) también la casa estaba toda iluminada gracias a otro generador, pero preferí dejar a oscuras toda la casa por cualquier desorden que genere el campo lumínico y su reacción a los ojos sensibles de los portadores. Me prepare un poco de café no muy cargado, con 4 cucharadas grandes de azúcar (necesitaba estar despierto por un poco más de tiempo) mi cabeza me pedía que investigara pero no podía hacer absolutamente nada, era como si solo estuviera encerrado en una habitación en la cual la salida era una enorme barrera que impedía ir en busca de una cura para la cura. Era irónico lo que había pensado. Cansado de todo lo que había pasado en todo el día, necesitaba descansar y recaudar energías para mañana.


La cura...el comienzo de algo nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora