Invierno consumado

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- A caso será ... Que sospechas o sabes algo que tenga que ver conmigo?
- No sospecho, sé lo que tiene que ver contigo, así que es mejor que confrontes las consecuencias y me digas todo lo que pasó.
Me acerco a ella, le tomo por las manos cruzando sus muñecas una encima por otra y después tomo ambas manos con una sola mano, acerco rápidamente la jeringa a su cuello y ella cierra los ojos.
La sedo y en cuestión de un par de minutos ella se desvanece.
Ya en el sótano la tengo sentada en una silla y totalmente amarrada para que no mueva ni un músculo.
Ella recupera la consciencia, y comienza a sollozar, vió los cuerpos dispuestos en una pila sobre la mesa de trabajo, voltea nerviosamente la vista a donde yo y comienza a llorar.
Yo sólo le veo de reojo, hago como si esa mirada de desprecio no existiese.
Me acerco a la mesa y le tomo la mano a mi padre que es el que está por encima del cúmulo, volteo a ver a mi madre.
- Creo que ya está en donde debería estar.
Levanto a mi padre para que ella pueda ver su rostro, lo único que hace es negar con la cabeza y llorar descontroladamente.
Le destapo la boca y ella comienza a gritar "asesino"
Y a llorar más.
- A caso lo querías?
Pregunto con ironía.
- Era tu padre!
- Era un hijo de perra, eso era.
Tal vez queda algo en ella y que en mi no existe más... La empatía, esa cosa de otro mundo que nos hace humanos.
- Por que Michel?!
Grita tan fuerte que si voz se va desgarrando.
- Madre... Lo lamento pero esto es lo que en realidad soy, es en lo que siempre seré y no podrás cambiarlo...
Me acerco a ella y le susurro:
"Tu me has hecho así"
Ella llora y llora...
Tomo entonces de la caja de herramientas saco un taladro y una broca no tan gruesa, lo dejo encima de la mesa de trabajo y cierro toda posible salida, limpio al rededor mientas mi madre grita suplicante que no la mate.
Bajo los cuerpos, vuelvo a sedar a mi madre y la ato a los barandales pequeños de aquella mesa, espero atento a que despierte.
Pasadas ya algunas horas mi madre despierta, desde la sala le escucho gritar y sollozar.
Bien creo que es el momento.
Bajo a uno los escalones para llegar al sótano ella solo llora.
-Madre?.
Digo antes de siquiera abrir la puerta. Se enmudece ya no hay si quiera un suspiro o queja de su parte. Poco a poco el chirrido de la puerta anuncia mi llegada, en el umbral de aquel sitio permanezco inmóvil, silencioso, abstraído y convertido en sombra, entro a la habitación obscura palpando la pared para encontrar el interruptor. "Click" y todo se ilumina de golpe cegando mis ojos. La silla se encuentra vacía para mi sorpresa, rápidamente busco con la mirada por toda la habitación pero no la veo. No me despego de la pared ya que así no podrá sorprenderme por la espalda, claro punto ciego.
Volteo frenéticamente para todas partes, "click" vuelve la oscuridad. Escucho lentamente el caminar y un par de chasquidos de hueso con hueso sin duda alguna es mi madre. Me resbalo lentamente por la pared hasta que estoy en cunclillas. De pronto la siento muy cerca. Una ráfaga poco silenciosa de aire se bate por encima de mi cabeza, pude reconocer de inmediato aquel sonido, un cuchillo filoso sería quien rompiese el silencio dentro del lugar.
Después de largas horas tratando de coincidir con mi madre y así poder matarla...
Sentí como se abría la carne, el objeto delgado y filoso dolía en lo más profundo de mi humanidad, pero no estaba mal... Estaba bien, en ese momento estaba vivo, el desgarrador sentimiento de que todo había acabado, nadie más nunca sabrá de mi, jamás seré recordado y mucho menos querido, todo quedaba ahí en un efímero último suspiro, un último instante en el que sólo sería ser, pero un nuca más eterno del un quise ser.
Ya no hay más... Veo un futuro totalmente incierto, un último respiro agonizante se escapa de mis pulmones, un par de lágrimas más secas resbalaban llenas de un no se qué que sabía a felicidad, un rostro en la nada me sonreía con esos grandes ojos grises brillantes, y yo sólo me apagaba poco a poco como el fuego consumiendo a duras penas el escaso carbón ardiente.
- Gracias mamá.- apenas audible y quejosa voz salió de mí.
Y de pronto sólo fuí.

Mike Is A Killer •5sos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora