Después de observar acosadoramente al rubio lindo y caer en cuenta de que ese era un amor platónico me sentí peor de lo que ya me sentía, así que salí del pasillo directamente al baño de varones, abrí la puerta cuidadosamente e inspeccioné que estuviera vacío; no quería a nadie más en estos momentos.
Entré cerrando cuidadosamente la puerta detrás de mi, caminé hasta el último baño y me encerré ahí.
Me senté en el retrete y saqué de mi mochila mi celular con los audífonos, una jeringa, una liga, una cuchara, mi encendedor, la heroína y las navajas...
Yo sólo quería alivio, quería olvidar por un momento; llegué a desear tener amnesia severa, me dolía tanto el pecho que juré que ya había muerto mi corazón, las voces de mi cabeza no cedían así que me dispuse a calentar la heroína, amarrar la liga a mi jodido y escueto brazo, preparé la inyección de ese elixir que me hacía por lo menos pensar en la posibilidad de que esto es una pesadilla y no mi vida; puse la aguja en mi vena, ese dolor agudo que provoca el pinchazo ya no lo sentía, mi brazo está lleno de moretones y piquetes, pero realmente eso me valía un par de nalgas, junto con la voz de Gerald Way la tristeza se tranformó en una especie de esencia olorosa en el aire, en un frío que calaba los huesos y peor aún se convirtió en mi motor el que me hacia dar cada paso; era una adicción no una simple emoción que todo ser humano manifiesta ante las situaciones desfavorables, el miedo, la tristeza, la apatía ya eran parte no sólo de mi personalidad, si no ,de mi constitución atómica, cada una de ellas no eran manifestaciones de irritabilidad o consecuencias de eventos indeseados, eran como un brazo, mi cabeza o mi corazón...
En este momento como en todos lo que he estado pisando la tierra no sentía tristeza, no eran deseos de dejar de vivir; esto es más grande es como un hábito es un estado natural, las ideas y posibilidades para causar mi fatalidad eran numerosas y ya había contemplado todas las posibilidades es sólo que el miedo me apresa y mi valentía me orilla a seguir respirando este veneno que se llama vida, como se supone que siga adelante con ideales destrozados y sentimientos diluidos?
Enfadado por no poder tener respuestas dispuse el dolor en manos de mi pequeños artilugios de metal una a una las grietas rojizas en la nieve blanca que es mi piel se crearon tan rápido y profundas que aseguraría que si echaba un vistazo vería mi oscura alma retorcerse ante la luz que se colaba al interior de mi ser, el dolor emanaba en pequeños riachuelos carmín que ya iban formando un mar profundo y espeso en el piso del baño.
Mis lágrimas bajaban rápidamente por la pendiente de mis mejillas, el mundo se desvaneció por un momento, sólo estábamos el retrete, My Chemical Romance, el bote de basura, mi mochila y yo... Todo se había apasiguado, mi mente estaba en blanco, mi corazón en coma, mis manos paralizadas y el mundo, ese que yo conocía no estaba, el dolor se había ido... Me siento feliz...
ESTÁS LEYENDO
Mike Is A Killer •5sos•
FanficMichael Gordon Clifford es un estudiante promedio de 16 años de edad, su vida se basa prácticamente en observar al Rubio ojiazul que se encuentra a diario por los pasillos del colegio, en prometerse que nadie lo lastimaría y en pasar largos periodos...