Tormenta

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Abrí los ojos y miré a mi alrededor con atención. No estaba segura de dónde estaba, hice memoria rápidamente de lo que ocurrió la noche anterior. La fiesta en una de las fraternidades de la universidad. Miré hacia un lado y vi el torso desnudo de un chico.

Mierda. Dije para mí misma.

Levanté lentamente la sábana que cubría mi cuerpo y exhalé el aire al notar que estaba completamente vestida. Seguramente sólo dormimos juntos. Me levanté de la cama y me mareé un poco, sentí que la cabeza me iba a explotar. Quería largarme a casa lo más pronto posible, busqué mi móvil pero no lo encontré por ningún parte; me acerqué al chico y toqué los costados de sus vaqueros, sentí su móvil y lo tomé, él se movió ligeramente en la cama y dijo algo que no logré entender, pero para mi suerte no se despertó. 

Marqué mi número y esperé a que comience a timbrar, cuando escuché el tono lejano a la habitación salí camino en su dirección, entré en otra habitación y lo tomé del suelo. Mientras regresaba al otro cuarto para devolverle el teléfono al chico durmiendo comatosamente revisé mi móvil, tenía unas 30 llamadas perdidas de mi padre y mi compañera de habitación, Queen, junto con 9 mensajes de texto de la última.

QUEEN: * Dakota, ¿dónde demonios estás? *

Dakota, ¿estás bien? *

Carajo, Dakota. *

Estoy preocupada por ti, llámame o mínimo responde. *

Tu padre me llamó, ¡¡¡YA NO SÉ QUE MÁS EXCUSAS PONERLE!!! *

D A K O T A... le he dicho que has quedado con una amiga para salir a cenar... a las 3:37 de la madrugada... Creo que no fue buena idea. *

Tu padre me odiará, créeme, ya no le respondo las llamadas... DEBERÍAS DE HACERLO TÚ. *

Dak... *

¡Dakota Catherine Tressler! Olvídate que mañana te ayudaré a curarte la cruda que seguramente tendrás. *

Demonios. Queen debió de estar muy enfadada.

Bajé las escaleras y me dirigí hacia la puerta principal.

—La primera en revivir —dice alguien a mis espaldas. Me doy la vuelta y veo a Morgan sonriendo.

—¿Tú no cuentas? —Le sonrío de vuelta.

—Me refiero a los que bebieron... de más. —Agacha un poco la cabeza, pero luego vuelve aponer sus negros ojos sobre mí.

—Oh, pero yo no he bebido de más. —Hago un guiño y salgo de la casa.

Una vez afuera, la intensa luz del sol me obligó a cerrar un poco los ojos; era obvio que tenía un dolor de cabeza de los mil y un demonios.

Saqué el móvil de la bolsa trasera de mis vaqueros, era medio día, al menos no había perdido todo el día durmiendo a lado de un jodido desconocido.

Escribí lo más rápido para Queen:

YO: * ¡Perdóname! Me he perdido el móvil, acabo de leerte. Mi padre jamás te odiaría, relájate, estoy muy bien. Voy a la residencia, llego pronto... a menos que quieras venir por mí. *

Pulsé enviar y comencé a caminar lejos de la casa de casa. El teléfono vibró en mis manos, miré la pantalla y era Queen.

QUEEN: *MMMMMMMMMMMM... te costará medio litro de helado que te perdone... y ese labial rosa que me fascina... voy por ti. *

CHAOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora