- Estás helada. Vayamos adentro –dice Scott besando las yemas de mis dedos, después toma mi mano mientras nos encaminamos a mi habitación.
Una vez dentro se siente el cambio de la temperatura, afuera seguro estamos como a 10° grados o quizá menos. En esta temporada y a esta hora el clima de la ciudad se vuelve más helado de lo usual.
- ¿Quieres... hablar de lo que pasó? –Pregunta tomando asiento en la cama de Queen.
Lo miro parada desde la puerta, indecisa. Aunque no sé por qué lo pienso tanto.
- ¿Tú quieres? –pregunto dubitativa. Me siento nerviosa, al llegar a la habitación se accionó una alerta de precaución en mi mente. Tal vez todo esto sea un juego suyo y en realidad solo... quiere acostarse conmigo.
Y de verdad tengo miedo de que sea eso.
Tras besarnos y tras su declaración en el estacionamiento algo cambió, algo se encendió en mi interior. Algo que ni siquiera yo sabía que estaba ahí. Y me ha gustado.
- Claro que si –dice después de lo que me parece una eternidad y exhalo el aire que estaba conteniendo.
Se acerca a mí despacio, cauteloso porque se ha dado cuenta que algo no iba bien en mi mente. No sé cómo logra hacerlo. Me toma de las manos y me lleva hasta mi cama, hace que me siente y jala la silla del escritorio para sentarse frente a mí.
- Necesito que me creas, Dakota. No es ninguna broma, jamás bromearía con algo así... no contigo. –Dice mirándome directamente a los ojos, me toma las manos y las acaricia suavemente– Como te dije antes, fui un estúpido contigo, fui grosero, pero era porque estaba abrumado con mis sentimientos hacia ti. No le encontraba sentido estar tan atraído hacia ti si apenas te conocía... y luego comenzaste a meterte más en mi vida, de manera indirecta claro, pasar tiempo contigo, aunque sea a la distancia me hizo quedar fascinado contigo, eres... simplemente eres increíble y yo...
- Te creo. –Dije sin más, intentando evitar que las lágrimas de mis ojos cayeran.– Scott yo también me siento confundida, abrumada más que nada. Esto está lejos de lo que pensé que sentías por mí.
- ¿Hace falta que pregunte si sientes lo mismo que yo? –Pregunta sonriendo y limpiando con el pulgar mi mejilla mojada.
<< ¿En qué momento empecé a llorar? >>
Sonrío y reposo mi cara sobre la palma de su mano. Beso su palma y niego con la cabeza.
- No Scott Hardy. No hace falta que preguntes. Esto es recíproco.
Se abalanza hacia mí tumbándome de espaldas en la cama y me abraza. Rueda hasta que estoy a horcajadas sobre él. Tiene sus manos sobre mis muslos y traza pequeños y casi imperceptibles círculos con su pulgar.
Me mira fijamente y evito morderme el labio. Le doy un fugaz beso en los labios y digo sin pensar:
- Hay algo que quiero que hagamos.
Scott frunce el ceño y cruza los brazos en su nuca. Me tomo su silencio para seguir hablando.
- Hay que mantener esto oculto de los chicos. –Digo la palabra "esto" con un tono diferente ya que no está claro en qué términos estamos.
- ¿Esto? –Dice con el ceño fruncido.- ¿Y por qué no quieres que lo sepan? ¿Te avergüenza? O más bien, ¿te avergüenzo, Dakota? –Frunzo el ceño. Su voz engrosó un poco más con cada pregunta.
- ¿Qué? No. –Me pongo de pie y él se sienta sobre la cama.– No por eso... pero quiero hablarlo con las chicas primero. Me estuvieron jodiendo tanto con esto y lo negué... por eso quiero hablarlo antes.

ESTÁS LEYENDO
CHAOS
RomanceElla, una estudiante dedicada a su carrera. Divertida e inteligente. Hija mayor de una pequeña familia que aparenta a sus ojos ser perfecta, sin embargo ésta guarda demasiados secretos; secretos que saldrán a la luz hasta que ella se enamora de él...