2.

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Ahora me encontraba haciendo lo mismo de siempre.

Desde que me enteré de la relación amorosa que mantenía Taehyung con Hoseok sólo me dediqué a llorar patéticamente todas las noches, esperando que algo mejorara.
Viendo el lado bueno, esa recaída emocional me había ayudado a escribir poemas más realistas, aunque perturbadores de por sí.

Sequé un poco las lágrimas que caían por mis mejillas; sólo había escuchado mis sollozos las últimas dos horas, asi que puse un poco de música para despejar mi mente, aunque seguramente no funcionaría.

Me acosté en el sofá de la sala de estar; mi casa era inmensa y a veces la soledad me asfixiaba un poco, pero en situaciones como ésa (en las que sólo quieres llorar hasta morir) era bueno vivir solo.

La melodía de "Hold till May"  me dejaba caer lentamente en un pesar profundo, pero para mi suerte, el ruido del timbre detuvo mi agonía momentánea.

Miré el reloj que tenía en la muñeca, el mismo marcaba las 23.47.

"¿Quién podría venir a estas horas?"  pensé con cierta preocupación.

Sin más rodeos abrí la puerta; si era un ladrón, que se llevara hasta los azulejos si quería; si era un asesino, no me molestaría que me arrebatara la vida, al fin y al cabo, ya nada parecía valer la pena.

-¡Jungkook!

Mi mirada se iluminó, pero eso no ayudaba en nada a la deplorable apariencia que debía de tener en ese momento.

-¡Jimin! -dije de la manera más entusiasta que pude, que seguro no fue mucha-.

Abracé a mi amigo a quien no veía hace bastante tiempo; era justo a quien necesitaba. Si alguien podía hacerme sentir mejor, ese era Park Jimin.

Le pedí amablemente que pasara, cerré la puerta y apagué la música.

-¿Qué te trae por aquí? -pregunté sin previo aviso apenas me senté a su lado-.
-Bueno, sólo quería pasar a saludar y a descubrir qué cosas o personas rodeaban a mi pequeño amiguito; hace mucho que no estamos en contacto y quería confirmar que no te hubieras muerto en mi ausencia.
-Como verás -dije riendo- estoy vivo.
-Vivo sí, pero por tus ojeras diría que no estás bien.
-¿Cómo te fue en el viaje de negocios? ¿Pudiste ayudar a tu cliente? Uhm...¿cómo se llamaba?

Lanzó un suspiro de exasperación, pero luego sonrió.

-Me fue bien. Sí, pude hacerlo. Se llama Son Seungwan* y es una chica realmente dulce -cuando terminó de decir eso, rápidamente la sonrisa que llevaba plasmada hace unos segundos desapareció-. Ahora procede a explicarme porqué esa cara y el cambio de tema tan brusco.

Dudé un rato en si decirle o no, pero su mirada (que era una mezcla de preocupación, angustia y curiosidad) perseguía cada movimiento que yo hacía, por más mínimo que fuese, lo cual, por alguna razón, me causó cierto sentimiento inexplicable de culpabilidad.

Lo miré, pero ninguna palabra lograba salir de mi boca. Decidí entonces,  que sería oportuno utilizar otra manera de comunicarle la razón de mi sufrimiento.

-Espera un momento por favor -le dije. Luego me levanté del sofá para dirigirme a mi habitación y buscar un papel en el primer cajón de mi escritorio-.

Cuando lo encontré, se lo llevé a Jimin. El papel tenía todas las características de ser viejo; estaba desgastado,  algo decolorado y también sucio. Y debía estarlo, al fin y al cabo, era un papel de hace unos 6 años, aproximadamente.

Cuando Jimin terminó de leer lo que había escrito sobre el papel, me dedicó una mirada triste.

Lo que estaba escrito ahí era una conversación que había tenido con Jimin, que él mismo me pidió que transcribiera, para no olvidar nunca lo que el amor hacia Taehyung me había hecho. Recuerdo la conversación.

p o é s i e ; vkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora