Ocultandome en las notas

Capítulo 1.

Como siempre me encuentro mirándolo.

Seguro la baba me esta corriendo, pero no puedo dejar de mirarlo. Está sentado de forma cómoda en su silla; lleva unos pantalones de mezclilla y una polera blanca con el dibujo de un lobo, mientras charla de forma animada, obviamente no conmigo si eso creen.

Está sentado en una mesa frente a mí, platicando con sus amigos.

Él no hablaría conmigo, no diré nunca hablaría conmigo, porque en algunas ocasiones hemos cruzado palabras, pero nada más que eso. Lo que sí diré es que; nunca se dará cuenta de lo que yo siento.

¡esperen! Seguro si lo note, pero nunca sentirá lo mismo que yo.

Agustín Gatti es mi crush desde... ¡ya no recuerdo!

Su cabello es claro y algo largo, pero tampoco tanto; ojos café, nariz algo puntiaguda, labios carnosos y las facciones de su rostro no están tan marcadas, hace deporte, sin embargo, su rostro no luce como el de esos chicos de película que parecen tener la mandíbula apretada todo el tiempo y son arrogantes; él no.

Agustín tiene su propia personalidad y estilo; la mayoría del tiempo está sonriendo y haciendo reír a los demás. Incluso a mí, desde la distancia me tiene boba.

-ya deja de mirarlo como si fuese un bocadillo -la voz de mi mejor amiga me trae de vuelta a la cafetería del instituto.

Me acomodo en mi silla y tomo un poco de mi limonada.

-no lo miraba -digo, para después darle una mordida a mi emparedado.

-¡para nada! -suelta una carcajada.

Ruedo los ojos y le cubro la boca.

-por favor deja de reirte así Jamie -hablo, algo nerviosa-. No te sigas riendo tan fuerte que nos notará -quito mis manos de su boca.

-¡que nos note, Mia! Nosotras no somos invisibles -bufa.

-ya lo sé, pero su...

-la novia de Agustín es odiosa, lo sé -rueda los ojos.

Si, Agus tiene novia; Kiara. Es rubia, ojos azules, alta, popular como él. Pero su personalidad es terrible; odiosa, vanidosa y siempre tratando de convencer a todos de que es la mejor. Tal vez a la mayoría le agradara si fuera amable.

-gracias amiga -susurro.

-sabes que conmigo puedes contar... pero creo que lo mejor es que le digas lo que sientes.

-lo haré.

Nos quedamos terminando el desayuno, hasta que el timbre suena.

Me dirijo a mi próxima clase y soy la primera en entrar. Tomo asiento y me quedo pensando en lo que dijo mi amiga.

Tal vez deba decirle lo que siento. Aunque seguro se ría o lo ignore. Es bastante tonto decirle.

Con la idea rondando mi cabeza, el salón se llena. Todos comienzan hablar con otros compañeros y yo solo me quedo esperando que el profesor entre, pues está clase, no la comparto con ninguno de mis amigos.

Cuando el hombre de lentes y cabellos blancos entra, todos hacen silencio. El profesor Tyler comienza hablar de la literatura en la historia y yo voy tomando nota de todo lo que va diciendo.

Para el final de la clase, me encuentro esperando que el timbre suene.

Comienzo hacer garabatos en la espera, hasta que termino escribiendo algo. Leo por quinta vez lo que acabo de escribir y pienso en dárselo.

¡que tontería! No puedes darle eso, se daría cuenta de que eres tu.

El timbre suena y todos salen disparados fuera del aula.

Guardo mis cosas y salgo del lugar pensando en la idea de hacerle llegar mi nota. Veo el horario y mi próxima clase es Biología, que por cierto comparto con él.

Camino velozmente por el pasillo lleno de estudiantes hasta que llego a mi destino.

Por suerte, el salón aun está solo. Me acerco al puesto de Agustín y veo debajo de su mesa. Su cuaderno de biología se encuentra casi sin hojas, doblo la nota y la pongo dentro del cuaderno dejándolo en el mismo lugar de antes.

Vuelvo a mi asiento y el primero en entrar es él. Me dedica una sonrisa amable a la que no sé como reaccionar, y va a su asiento.

¡gracias al cielo tenemos puestos fijos!

¡Hola a todos! ¿como les va? ¿que les está pareciendo la novela? Espero de corazón les guste y me brinden su apoyo, y si es así, dejen su comentario que con mucho gusto lo leeré.

Besos a todos, saludos!