—señor Gatti y señorita Wolf —dice el profesor.
Inmediatamente me separo de Kiara y me aclaro la garganta. Ella toma asiento sonriendo y se pasa la mano por su cabello, disimulando.
—disculpe profesor —dijo, apenado.
—¿le parece que éste es lugar para eso que hacían? —cuestiona alzando la voz. Realmente se ve molesto.
Bajo la cabeza y rápidamente la levanto de nuevo. Mis compañeros tienen la mirada puesta en mi, otros solo me miran con una sonrisa divertida.
—no —respondo—. Por supuesto que no, disculpe, no volverá a pasar.
—por supuesto que no volverá a pasar —alza las cejas.
No puede ser. Una vez me dijeron que cuando éste profesor alzaba las cejas, debía temerle.
»a dirección —suelta.
—no, no es necesario. De verdad no sucederá de nuevo —me excuso, nervioso.
—¡ahora¡ —su voz suena mas dura y fría.
Tomo mi mochila, la cual había dejado sobre la mesa antes de empezar a besar a Kiara, y me dirijo a la salida.
»y usted, señorita Wolf, quiero que me traiga un informe completo de los átomos y moléculas —dice el profesor.
—pero profesor yo no... —es lo último que escucho porque ya estoy alejándome del salón.
Suelto un bufido y me dirijo a la dirección con mucha paciencia.
Todo esto, por besar a Kiara. ¡perfecto! Noten el sarcasmo, por supuesto.
Sigo caminando y cuando llego a la dirección, me siento junto al escritorio de la secretaria.
¿qué se supone que debo hacer? ¿a quién debo esperar?
No pasan muchos minutos cuando la directora entra. La veo caminar tranquilamente y luego se acerca a mi con una sonrisa.
¿debo asustarme?
—¿qué te trae por aquí? —pregunta aun con una sonrisa.
—me mandó el profesor de Química.
Su rostro cambia y sus labios se vuelven una fina línea recta.
Bueno ... me asusta.
—¿por qué te mandó? —pregunta con voz dura.
—porque estaba dándole un pequeño beso a mi novia cuando él entro —miento.
Bueno, esa es la verdad, sólo que no fue un pequeño beso.
—¿cree que el salón es lugar para eso?
—sinceramente no, pero el profesor no había llegado.
La directora alza las cejas cuando respondo y pasa la mano por su corto cabello, como si así se calmara.
¡Bravo Agustín, acabas de cagarla!
—¿y cree que cuando no está el profesor, puede hacer lo que le venga en gana?
La secretaria, que se encuentra ordenando una carpeta, voltea a vernos y rueda los ojos.
—de verdad lo lamento.
En realidad no.
Me parece una total perdida de tiempo estar aquí, ¿de verdad? ¿mandar a alguien a dirección por esa tontería? No creo que sea algo tan grave.
—espero no se vuelva a repetir —dice la directora. Ahora parece mas calmada.
—¡así será! —me levanto pero rápidamente me detiene tomándome del brazo.
—como castigo, mañana tendrá una hora extra de historia.
¿¡Qué?!
—¡no puede ser! —alzo un poco la voz—, acabo de pedirle disculpas.
—es para que no se vuelva a repetir —me suelta el brazo y se da media vuelta dirigiéndose a su oficina.
—¡excelente! —exclamo entre dientes.
Salgo del lugar y camino lentamente de vuelta al salón. Me detengo frente a la puerta y suspiro antes de abrirla.
—¿puedo pasar? —de nuevo las miradas se posan en mi, menos la de alguien que no logro identificar.
—¡que rápido su viaje a dirección! —habla al profesor de manera irritante.
—si, lo mismo digo —río—. La próxima vez me tomo un café, hoy no me dió tiempo.
Si él es irritante, también puedo serlo.
—pase, antes de que lo mande de nuevo por falta de respeto —responde molesto.
Cierro la puerta y camino hasta mi asiento.
El resto del día fue tranquilo, no hubo mas conflictos con ningún profesor. A la hora del almuerzo me senté con mis amigos pero esta vez Kiara se unió a nosotros; bastante extraño, porque normalmente no lo hace. Presenté una prueba de matemática, y honestamente, me fue bastante bien.
Ahora me encuentro sentado en la banca del estacionamiento esperando a Kiara. Quedó en irse conmigo, pero hace diez minutos que sonó el timbre de salida y ella aún no aparece.
Escucho que la puerta se abre y rápidamente me fijo a ver si es ella, pero me encuentro con los dulces ojos de Mia, que al verme, baja la mirada y camina lejos de mi.
¿por qué baja la mirada cuando me ve?
—¡hey, Mia! —la llamo. Se detiene pero no se gira, así que me levanto de la banca y corro hasta donde ella está—. Hola —sonrío, deteniéndome frente a ella.
De nuevo baja la mirada y sujeta la mochila en su hombro, como si pesara una tonelada.
—hola —responde, sin levantar la mirada. Por alguna razón su dulce voz me hace sonreír un poco mas.
—por casualidad ¿viste a Kiara por allá dentro?
Y justo cuando pregunto, escucho la voz de mi novia: —mi amor.
Veo detrás de Mia, y Kiara se encuentra agitando su mano con una gran sonrisa en su rostro.
—ahí está —susurra Mia.
—gracias —la miro, pero ella no lo hace. La veo acomodar su mochila y seguir su camino.
Voy hasta donde se encuentra Kiara, y se lanza a mis brazos.
—lamento la demora —dice, cuando estamos en el auto—, tenía que terminar una tonta actividad de física.
Enciendo el motor y enseguida nos ponemos en marcha. Kiara sigue hablando, pero ya no lo presto atención.
Ahora me siento irritado al escuchar su chillona voz, y por un momento deseo que sea Mia quien me hable, en lugar de Kiara.
¡Buenas tardes, mis amores! Dos capítulos en un día ¿qué les parece?
¿que tal lo que hizo Agustín? Al parecer es algo rebelde jajaja. ¿cómo les cae Kiara? Por otra parte; Mia parece ser más tímida cada día, además, parece que Agus está teniando bastante cercanía con ella.
En fin... Espero les esté gustando, no olviden comentar y votar.
¡Besos y saludos!
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Ocultandome en las notas
Teen FictionMia Abbado es una una chica tímida y tierna. Agustín Gatti no. Mia es soñadora. Agustín mantiene los pies sobre la tierra. Mia está enamorada, y Agustín ... también, pero no exactamente de Kiara. Agustín es un chico popular que solamente cree tene...