"Esclavitud u Orgullo" Vegebul [EDITANDO]

XII. Preocupación

Mientras más se acercaba a la habitación que le correspondía, más se asustaba. Pues la peli azul siempre había odiado las noches de lluvia. Se encontraba frente la puerta de la habitación del saiyajin cuando antes de abrir la perilla alguien más, del otro lado de la puerta, tenía las mismas intenciones. Cruzaron miradas el saiyajin y la peli azul; otro trueno se propagó, pero esta vez aún peor, la lluvia no paraba de intensificarse.

—¡Aaaaaa! —gritó de nuevo aferrándose al pecho del príncipe. Éste se encontraba sorprendido ante tal acto, pero luego correspondió el abrazo.

—¿Estás asustada? —preguntó tiernamente. La peli azul solo asintió con la cabeza mientras recordaba aquella vez que estaba con su padre en un momento igual.

[ Flashback ]

Estaban en la Corporación Cápsula, en la enorme habitación de la pequeña peli azul de seis años. Su padre se encontraba junto a ella abrazándola mientras el diluvio que ocurría afuera no paraba. Inmensos rayos de luz provenientes de el cielo se adentraban en las ventanas, inundando de luz la enorme habitación.

—Papi, tengo mucho miedo —exclamó temblando del miedo y frío.

—No te preocupes. Yo estoy aquí —respondió el hombre peli morado abrazando a su hija con una manta color rojo.

—Gracias Papi. Te quiero —dijo sonriendo finalmente antes de quedar profundamente dormida.

[ Fin del Flashback ]

No pudo evitar llorar al recordar que ahora no tenía a ninguno de sus padres cerca para consolarla. Pero al lado del saiyajin se sentía protegida. Se aferró más al pecho del príncipe casi rasgando la camisa. Él se dio cuenta que estaba llorando, la abrazo aún más fuerte, adoraba tenerla cerca, oler su aroma, tal vez tenía razón y lo que sentía al estar con ella era eso tan extraño llamado amor.

Minutos después la chica ya se había calmado al igual que la intensa lluvia. Se separaron, ella aún sollozaba y cruzaron miradas. La verdad Bulma no quería separase pero tampoco quería parecer débil ante él. Vegeta recordó el porque desde un principio planeaba salir de su habitación, iba a buscarla.

Pronto la acorraló en la puerta con una de sus manos en la puerta. Obligándola a mirarlo a los ojos, ella se sobresaltó.

—¿Por qué saliste? —comenzó a interrogarla.

Bulma estaba sorprendida, pues aparentemente él no estaba del todo dormido cuando salió.

—Eso... —¡no le digas!—, No te incumbe —respondió girando la cabeza casi en un susurro.

—¿Tiene algo que ver con lo que estabas buscando? —cuestionó de nuevo sin importarle lo que le dijo antes.

Ella aún estaba sorprendía; él también se había dado cuenta de eso.

—Ya te dije. No te interesa —repitió mirando el suelo.

Él azoto la puerta con su mano con un sentimiento de impotencia.

—¡Si me importa! —dijo gritando.

—¡¿Cómo es que te entromete algo mío?! —respondió mirándolo a los ojos desafiándolo.

—¡Porque me perteneces! —dijo elevando aún más su voz.

Y Bulma recordó en ese instante el por qué estaba allí con él; bajo la mirada decepcionada.

—Es cierto —dijo en un susurro casi inaudible mientras pequeñas lágrimas recorrían sus mejillas.

—Ahora dime, ¿a qué demonios saliste? —calmó su voz y volvió a preguntar.

La peli azul no sabía si responderle que se reunió con su amiga, si se enteraba tal vez mataba a su amiga, o no la dejaría salir jamás, estaba debatiéndose entre decirle o no. Pero en los ojos azabache del saiyajin se veía un destello con ¿preocupación?

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