Escuchaba los incesantes gritos de mi padre, lágrimas caían de mis ojos sin parar, la dureza que infringía era quizá demasiada para un niño tan débil y pequeño.
Cuando hubo terminado de regañarme salió de mi habitación azotando la puerta con furia, no lo entendía, no entendía por qué mi padre insistía en que debía ser entrenado para asesinar dragones, cuando en verdad mi naturaleza era más pasiva.
Estaba llorando en posición fetal, en medio de la abrumadora y densa obscuridad de su cuarto. Los pensamientos negativos le invadían, cosas como "Eres un inútil", "Una vergüenza", "Tu mera existencia fue un gran error", viajaban de lado a otro en su mente, era una verdadera tortura psicológica.
Sin previó aviso la ventana se abrió, dando paso a la luz de la luna y a un chico de estatura alta quién entró silenciosamente. Este se acercó al pequeño y se puso a su altura.
—Basta de eso ¿sí?—susurró este secando sus lágrimas—Sé lo que piensas, insistes en que no vales nada, pero para mi vales más que una gran fortuna—
—¿Jack?—preguntó el niño un segundo antes de lanzarse a los
brazos de su guardián.
—Sí, Hiccup, sabes que estoy para ti—dijo Jack correspondiendo—Soy quién tiene la llave de tu corazón y tu inocencia, mi deber como guardián es protegerte—
Hiccup no entendía sentimientos tan complejos como lo es el cariño, pues sólo tenía 10 años, pero cuando estaba con Jack juraba que algo enloquecía dentro de su pecho, eso palpitante a lo que llaman "corazón"
—¿Te sientes mejor?—Hiccup asintió con la cabeza.
—Jack, ¿Podrías hacer un gatito de nieve?—lo miro suplicante—Por favor—
—Vale, pequeño, lo haré—dijo juntando sus manos y haciendo una bola de nieve a la cual le agregó dos orejas puntiagudas y una cola.
Esta fue adaptando la forma de un pequeño gatito quién empezó a dar saltitos alrededor de ambos, haciendo reír a Hiccup y vaya que la risa de este hacía muy feliz a Jack, todavía recordaba el día en que le asignaron al castaño como su portador, no estaba para nada contento, el puesto de guardián le parecía mucha responsabilidad, pero cuando vio a Hiccup por primera vez sintió algo nuevo florecer dentro de su ser.
—Eres hermoso, Hiccup—las palabras salieron de su boca sin querer y el otro se sonrojó al instante.Hiccup se encontraba con la mirada perdida en la ventana, los recuerdos lo hacían sentirse nostálgico, muchas cosas habían cambiado, Jack ya no pasaba tanto tiempo junto a él, ahora aparecía varios días después o aveces hasta una semana y siempre ponía extrañas excusas cuando le preguntaba el porqué de su enigmático comportamiento.
—Maldición, ya han pasado dos semanas—pensó preocupado—¿Por qué no regresa?—~Narra Jack~
Hoy es el día que he estado planeando con tanta antelación, es el cumpleaños número dieciséis de Hiccup y sí, técnicamente ha dejado de ser un niño desde hace bastantes años, pero he rogado a Santa Claus poder quedarme junto a él durante años, tanto que terminó accediendo, alegando que sólo lo hacía porque Hiccup es un caso especial, pero no ha querido decirme qué es aquello que lo hace tan único.
Y como regalo, he decidido que le daré una bola de cristal con la que puede trasladarse por Berk, le he pedido ayuda a Santa Claus para poder fabricarla y ha salido bastante bien.
La coloqué cuidadosamente dentro de una caja fabricada por el Hada de los dientes y la metí en el bolsillo de mi sudadera azul.
Partí hacia la casa de Hiccup y llegue rápidamente, toqué la puerta y este abrió unos segundos después.
—Buenos días, Hiccup—saludó nervioso.
—Buenos días, Jack, ¿Se puede saber donde has estado?—
Continuará...Nota: Hola, primero quiero aclarar que esta historia ya la había publicado en otro sitio en el año 2014, pero decidí tomarla y rehacerla para publicarla en Wattpad, espero la disfruten.
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White Snow (Gay/Yaoi)
FanfictionJack Frost pertenece a la Orden De Guardianes, según la orden, cada niño sobre la tierra tiene un guardián, lo que comúnmente confunden como "amigos imaginarios" ya que estos sólo son visibles por su portador. El decreto número 32 dice con claridad...