Capítulo 9

3.5K 222 7
                                    

LEX POV'

Al día siguiente sin querer levantarme de la cama en domingo, decidí dormir como una ermitaña, mis ojos se sentían pesados y mis pies dolían por caminar tanto ayer con altos tacones.

Ante todo el estilo.

Así que después de comer cereal en cama, volví a envolverme en las suaves sábanas de la habitación que habia escogido.

Más tarde estaba sintiéndome terrible, no quería siquiera levantarme y es que por un momento pensé en que la leche estuviera pasada, pero descarté esa idea.

—Mierda..., carajo —gruño, doy gracias a que sea domingo, así no tengo que ir a la Universidad. Me arropo todo lo que puedo al sentir escalofríos recorrer mi cuerpo entero, y cierro los ojos con fuerza esperando sentirme mejor mañana. 

Los golpes en la puerta me hacen abrir los ojos, parece que cada vez me siento peor y como si no fuera suficiente alguien llama a mi puerta haciéndola sonar abruptamente.

—¡¿Qué mierda?! —grito poniéndome de pié con un ligero mareo. Al estabilizarme camino furiosa hacia la puerta dispuesta a soltar víboras por la boca. Sin embargo, en cuanto la abro las palabras se quedan atascados en mi garganta.

Oh Mierda.

—Alexa. —sofoqué un grito y cerré la puerta, esto no puede ser cierto. Estoy más que jodida.

Carajo.

Sí, si le cierro la puerta en la cara se irá ¿Cierto?

—¡No me iré hasta que vuelvas a abrir! —gritó desde el otro lado.

Bien, tendré que poner en práctica el plan B.

—¡Oh joven vándalo! —chillé con voz fingida —¡Vallase o llamaré a la policía!

—Sé que eres tu Alexa.

—Lo siento, se está confundiendo... he, yo soy... mmm..., soy la ama de llaves.

—Mientes. Ahora abre la maldita puerta o te juro que voy a tirarla...

Bien, mi plan B no funcionó pero ya encontraré la forma para alejarlo.

—¿No estabas al otro lado del mundo, idiota? —pregunté pegando mi oreja a la puerta.

—¿Tu no vivías en una mansión? —contraataca. Maldecí en voz baja por su excelente pregunta.

—Quise ser independiente.

—¿Vas a abrirme? —pronunció.

Suspiré antes de quitarle el seguro de la puerta y abrir lentamente —y aunque estaba en pijama, viéndome de lo más horrible con un desordenado cabello y cara pálida —, le abrí la puerta sin importame lo más mínimo.

Él estaba recargado en el marco de la puerta con los brazos cruzados, puse los ojos en blanco al mirarlo con su pose de badboy mal pagado que no convence a nadie.

Bueeeeno, en realidad convence a demasiadas chicas, pero ¿A quien le importa?

—Hola. —saluda, asiento. —¿Vas a dejarme entrar?

—Me parece que no. —le digo y sonríe.

—Estupendo. —farfulla y pasa por un lado adentrándose a mi departamento. Me quedo perpeleja con la mano en perilla de la puerta. Cuando se queda de pié en la estancia me acerco a él.

—¿Pero a ti que te pasa, imbécil?

—Me pasa que ayer me colgaste el teléfono cuando dijiste algo importante ¿No te parece?

WonderfulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora