"Querido Luca.
¿Recuerdas esa vez cuando salimos a caminar y terminamos en aquel pequeño café?
Quedamos de vernos en el parque para conversar un poco más.
Llegue 5 minutos después de la hora en la que habíamos acordado y cuando por fin estuve contigo mis nervios se hicieron presentes.
Me miraste y tus ojos brillaron.
"Que hermoso vestido llevas hoy" dijiste con notable pena observando mi vestido blanco con diversos colores.
Fue exactamente lo único que necesitaba para volver a sonrojarme y soltar un risa tímida.
"Muchas gracias, Luca" respondí antes de comenzar a caminar el parque a tu lado.
Ambos andábamos a paso lento. Tú me hablabas y me explicabas el por qué te gustaba tanto aquel lugar y yo sólo te escuchaba atentamente.
Notaba cada gesto que hacías al hablar. Incluso pude notar esos pequeños momentos cuando arrugabas la nariz al sonreír.
Te detuviste y te situaste al frente de mí.
Mis manos comenzaron a sudar nuevamente.
Me miraste y sonreíste de un manera muy tierna.
Otra vez, el mundo parecía haberse parado.
Niños, perros y autos se detuvieron y era como si nada más estuviésemos tú y yo en aquel lugar.
Solos en un mundo donde nada parecía tener vida, tus ojos me llenaban de una felicidad infinita. Y eso me bastaba, no necesitaba nada más en ese momento.
Pequeñas gotas de agua comenzaron a caer del cielo y poco a poco regresamos a aquel parque con todas aquellas personas y animales en movimiento.
Algunos corrían y otros caminaban muy rápidamente para no mojarse tanto en la fría lluvia.
Tú tomaste mi mano y yo di un brinco en respuesta a aquella acción.
Tiraste de mí y corrimos rápidamente a la salida del parque, llegando a un café un tanto vacío.
Entramos y nos sentamos en una pequeña mesa del lugar.
Una chica muy guapa se acercó a nosotros para tomar nuestra orden.
"Dos cafés" le dijiste sin verla. Siempre manteniendo tu mirada fija en mí.
La chica anotó la orden y se retiró a la cocina, probablemente para notificar nuestro pedido.
Tú seguiste mirándome y yo no podía dejar de sonreír al recordar el momento en el parque cuando tomaste mi mano para salir corriendo de allí.
Como si supieses lo que estaba pensando, volviste a tomar mi mano dulcemente y a pesar de que estábamos mojados y hacia frío, una sensación de calor invadió mi cuerpo y me sentí tranquila estando allí a tu lado.
Nada de nervios ni sonrisas tímidas. Todo lo que sentí en aquel momento fue paz y una completa calma que sólo tú podías brindarme.
Y al verte sonreír, volvía a ser esa niña que por las noches miraba el cielo en busca de una estrella fugaz que hiciera sus sueños realidad, sin saber que al estar contigo en ese momento y ver tu sonrisa, ya no necesitaba dicha estrella, mi deseo se había cumplido y aún no había oscurecido."
- Gianna.
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Memorias de una chica enamorada
Romance"Querido Luca. Me enamoré de ti y lamentablemente ya no hay marcha atrás. Mi piel no quiere sentir otra piel que no sea esa con la que tan bien se lleva. Mis ojos no quieren descubrir otros ojos porque saben que su vida se encuentra en esos color mi...