Capitulo 23

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Sentí el aire por mi cara. Gritaba pero nadie me escuchaba. Escuchaba los gritos de horror de la gente.
Pero a mí, simplemente, nadie me escuchaba.
Rodé por los rieles. Me pegue varias veces por la cara y la espalda.
Grite de dolor pero solo salían alaridos.
Mi cara choco contra una barra de metal y salí volando por los aires.
Si recordaba bien caería en un bosque profundo lleno de plantas venenosa según la localización en la cual nos encontrábamos.
Sentí el aire colarse por cada centímetro de mi cuerpo.
Me dolía la cabeza y lo último que recordé fue que el carrito en el que me encontraba abordaba en la plataforma de desembarque.
Tenía el brazo de Astor aferrado a mí y mis uñas estaban enterradas en el.
Estaba a punto de sacarle sangre.
Seguía gritando y Astor me miraba preocupado.
-Jane, ya termino tranquila.- Dijo As a la vez que yo retiraba la mano de su brazo.
Tenía unos leves moretones en el brazo por la agresión pero nada grave.
¿Cómo pasó eso?. ¿Qué fue lo que había pasado? Según yo estaba cayendo por un abismo y estaba a punto de morir pero simplemente estoy viva.
Hace unos segundos estaba cayendo por una negrura interminable y ahora estaba saliendo del carrito hacia la plataforma de desembarque.
Pero ¿Cómo? ¿Cómo podía ser eso verdad?
Mire a Astor quien me miraba detenidamente con mirada preocupada.
Le sonreí pero él no me devolvió la sonrisa sino que se dedicó a apartar la mirada y a buscar entre la multitud.
-¿Qué pasa?.- Le preguntó.
-No, nada.- Dice y mueve la cabeza de lado a lado como negando algo.
-Bueno..- Digo y salimos del espantoso juego mecánico.
Miro hacia atrás y lo único que veo son niños riendo y rogándole a sus mamás para que suban a la montaña rusa.
Para algunos sería un sitio muy divertido, pero, para mí en ese momento era algo siniestro.
Ese lugar ocultaba algo raro.
-Y ¿Ahora a cuál vamos?.- Me preguntó Astor sin dejar de mirar al frente.
En estos momentos no quería subirme a ningún juego pero era muy temprano como para huir.
Le digo a Astor que vayamos por algo de tomar y tomemos un descanso antes de subir a los juegos.
Astor asiente y vamos al área de comidas.
-Jane ¿Te puedo preguntar algo?- Me preguntó Astor y yo asentí.- ¿Crees en seres sobrenaturales?- Me pregunta Astor y casi me atraganto con mi propia saliva por lo absurdo que sino eso.
Obviamente no creía en seres sobrenaturales. Eso era rollo de de películas y libros de ciencia ficción pero en la vida real no existían.
-Claro que no. Ni que estuviéramos en una película de ciencia ficción como para creer en eso.- Le conteste a Astor sin dejar de reír.
Me miró con el ceño fruncido y seguimos caminando.
Llegamos a un puesto que tenía luces de colores amarillas y azules que vendía refrescos y pedimos 2.
Coca para mí, Fanta para Astor.
Nos dieron los refrescos e insisti en pagar pero Astor se rehusó.
-Yo te invite, no sería justo que tú pagaras.- Me dijo y guiño un ojo.
Me sonroje y tome de mi refresco con el popote rojo.
Nos sentamos en una banca que estaba enfrente de nosotros y nos dedicamos a mirar el paisaje.
Desde mi alcance se lograba ver una gran parte de la montaña rusa.
Todavía no comprendía como pudo haber pasado eso, todo fue tan real.
Es que no pudo haber sido mi imaginación si lo sentí como si fuera a pasar.
-¿En qué piensas?.- Me preguntó Astor.
-Nada- Mentí.
Astor me miraba con mucha preocupación y entonces desvío su mirada de la mía para concentrarse en algo cerca del puesto de refrescos.
Voltee hacia donde el miraba y me percaté de una pequeña sombra escondida entre los arbustos.
La sombra iva con un suéter con capucha y unos pantalones negros.
Astor frunció el ceño y rugió.
-¿Pasa algo?- Le pregunte sin dejar de mirar a la sombra.
-Todo está perfecto- Me dijo As y sonrío.
Astor se paró y me indicó que lo siguiera.
Me pare e hice lo que me pidió.
Llegamos a un carrusel, había niños saltando de arriba a abajo por todos lados.
Sonaba una música de circo y tenía luces por todos lados.
-¿Nos subimos? Este juego es un poco más relajado.- Me dijo As y río ligeramente.
-Claro. Al menos esto no es una montaña rusa gigante en la cual pude haber muerto.- Le digo a Astor y por la forma en la que me ve, me doy cuenta de que me pase un poco.
-¿Qué dijiste?- Me pregunta con voz furiosa.
-No.. Na-nada.- Le explico pero él sigue
con los hombros tensos y la mandíbula apretada.
-Cuéntame Jane- Me pide As en un tono suave pero sin relajarse y yo niego con la cabeza.
-No es nada de qué preocuparse en serio.- Le ruego y el asiente.
-Esta bien.- Suspira rendido y se relaja.- Buenos pues vamos a subirnos.- Dice As como si nada hubiera pasado y todo hubiera sido como si hubiéramos hablado de que cenaríamos al rato.
-Bueno..-Digo y me subo en un caballo blanco al lado de uno negro, en el cual se sienta As, y me abrocho el cinturón.
El juego empieza a moverse y yo me relajo un poco más.
Terminamos ese juego y nos bajamos.
Nos subimos a 3 juegos más y nos vamos a la casa.
-Me encanto pasar esta noche contigo.- Me dice As en cuanto llegamos a la casa.
-A mí igual.- Le digo y sonrío intentando omitir la parte en la que moría en mi imaginación.
-Bueno pues espero que descanses.- Me dice As cuando llegamos a la puerta de mi habitación.
-Igual.- Digo y hay un momento incomodo.
Estoy debatiéndome entre si darle un beso de despedida o no, y como al final ve que no me decido el opta por hacerlo.
Pega sus delicados labios a mi mejilla por unos segundos y los retira.
Yo me sonrojo a más no poder y él se da cuenta y se ríe débilmente.
-Hasta mañana.- Le digo.
-Hasta mañana.- Me contesta As alejándose por el pasillo y entrando a su cuarto.
Entro a mi habitación y prendo el aire acondicionado.
Me despojo de toda la ropa y le pongo un short y una blusa de pijama.
Tomo un ejemplar de "Cumbres borrascosas" y me pongo a leer.
Leo muchos capítulos. Leo tanto que cuando me doy cuenta de la hora ya son la 1:54 de la mañana.
Cierro el libro rápidamente y lo pongo en su lugar.
Apago la luz y me meto en las sabanas.
Cierro los ojos y inmediatamente viene a mí el recuerdo de cómo caía.
Como estaba al abismo de la muerte.
Eso no pudo haber sido producto de mi imaginación, eso tenía que ser real.
Me quede pensando un rato más sobre eso hasta que al fin pude conciliar el sueño y caí rendida.

La Oscuridad #PDA2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora