POV LUHAN
Con los ojos húmedos, la boca seca y el dolor ahogándome; me dejé caer de rodillas sobre el duro asfalto, aclamando su nombre, gritando que volviera, rogándole que me quisiera, pero no le importó, no lo hizo, y dándole la espalda a mis sentimientos, se alejó con el que ahora llamaba su nuevo amor.
Tirado sobre el suelo, sin importarme la vergüenza ni la pena de que los pocos transeúntes que pasaban por ese parque me vieran, me deshice en llanto, balbuceando el dolor que me quemaba por dentro. No sé cuánto tiempo estuve ahí en la misma posición, y menos pude saber cómo es que llegué a mi auto y conduje sin un destino fijo. Mis párpados pesan y mis ojos arden por el llanto que aún no cesa; frente al volante pienso que si existiera la mínima posibilidad de desaparecer en ese instante, la podría recibir sin reproche, pero por más que lo deseaba, al parecer eso no entraba en los planes de lo divino o el destino, porque aun cuando estaba escondido en algún lugar remoto de mi cabeza, la carretera vacía de aquella tarde no podía pasarme desapercibida cuando estaba frente a mí; no lo sé, ahora el tiempo y la distancia me eran indiferentes. Tal vez había conducido por horas o tal vez sólo unos minutos y mientras me distraigo debatiendo, el fastidioso teléfono a mi lado comienza a sonar insistentemente y sin piedad, detengo el auto frente a lo que al parecer y según los letreros, era una parada en el distrito de Huairou y el teléfono se detiene por fin. Suspiro cansado y con dolor, ahora, incluso un respiro parecía lo suficiente como para quebrar los huesos de mi caja torácica, pero no era tan afortunado como para que realmente lo hiciera y me diera la oportunidad de despojarme de este dolorido corazón, aunque la verdad, no podría jactarme realmente como la víctima en todo esto. Maldigo en ese instante a mi ser pensante, porque la verdad era que no quería pensar más, no quería saber que yo había provocado todo esto, no quería saber que casi todo lo que hice estuvo mal aunque deseara forzarme a creer que no.
Yo lo sabía, lo supe en el instante en que volvimos a vernos, que él nunca me pertenecería otra vez y que a pesar de que yo lo amara, que aun cuando yo quisiera estar a su lado, él jamás volvería a mi.
¡Maldito sea el momento en que Yan entro en mi vida! ¡Maldito sea yo quien lo hubiera dejado entrar!
Apagué el motor y frustrado salí del coche, me sentía tan mal que de pronto me ví pateando la llanta delantera, golpeando el capote y gritando hasta que mi garganta no pudo más, cuando me deje caer sentado. Si tan solo no hubiera creído las malditas palabras de ese malnacido de Yan, si no hubiese caído en su juego, si no hubiese esperado que él fuera quien dijera el "game over" de un juego estúpido que yo mismo comencé.
Yan había dejado de molestarme por completo, es cierto, era algo que de por sí habría querido desde hace mucho tiempo, y por ello pensé que todo iba bien, pero las cosas no siempre salen como uno quiere, jamás salen cuando se trata de mí. Porque al parecer ese idiota sólo quería un jodido polvo, y de haberlo sabido lo hubiera manejado de una manera distinta, o, tal vez le hubiera dado de una vez lo que quería desde un principio, para que hoy no lo hubiera estropeado todo. Pero conforme lo pienso sé que algo no está bien, porque a pesar de todo lo que ha pasado, algo en la actitud de Sehun me dice que hay más, y que a pesar de que dijera que no me quiere más, todavía quedaba algo entre nosotros, aún existía la esperanza, aún quedaban las cenizas de aquel intenso amor que ambos vivimos.Sehun no podría ser tan frio como ahora aparentaba, no podía... Porque esto no podía ser el final entre él y yo...
.... ... ...
>> ¡Noticias hoy en China!
Nos encontramos frente a los artistas coreanos, Sehun de veintidós años Y Suho de veinticinco, además de cientos de periodistas de diferente nacionalidad, ante la sorpresiva rueda de prensa por parte de ambos chicos y de la compañía china que los respalda, en lo que denominaron "verdad y libertad."
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EL ÚLTIMO BESO [HunHan]
FanfictionHa pasado un largo tiempo desde tu partida, sin decir siquiera un adiós, no te importó dejarme, no te importó lastimarme y destruir todo lo que teníamos. Si antes te quería en mi corazón, ahora, lo único para lo que sirves, es para estar en mi cama...