Walquiria

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Walquiria pasó el resto de la noche en el sofá de Luke, dando gracias de que Camille no hubiera preguntado por qué se negaba a dormir en la vieja habitación de Carter. Habían considerado que sería mejor que Walquiria se escondiese en el piso de Luke hasta el cambio de turno de las 0600, momento en el que habría menos guardias patrullando.

Se pasó toda la noche dando vueltas en el sofá. Cada vez que se movía, la pulsera se le clavaba en la piel, un molesto recordatorio de que, por mucho peligro que corriera ella, James estaba a cientos de kilómetros de distancia, luchando por sobrevivir en un planeta que llevaba siglos sin albergar vida. Él siempre había soñado con ver la Tierra, pero no así. No si el aire podía ser tóxico. No después de presenciar cómo disparaban a su padre.

Mientras yacía mirando el techo, Walquiria no podía evitar prestar atención a los sonidos que transportaba la oscuridad. El leve murmullo procedente del cuarto de Luke le encogía el corazón. El silencio era aún peor.

Justo cuando las luces circadianas empezaban a filtrarse por las rendijas de la puerta principal, la del dormitorio de Luke se abrió, y Camille y él salieron sin hacer ruido. Ellos tampoco habían pegado ojo, saltaba a la vista. Luke iba vestido con ropa de civil, pero Camille solo llevaba una de las viejas camisetas del chico, cuya orilla apenas le cubría el final de los delgados muslos. Walquiria se sonrojó y desvió la mirada.

—Buenos días.

La formalidad del saludo entristeció a Walquiria. La última vez que le había oído decir esas palabras, estaban juntos en la cama y se las había susurrado al oído.

—Buenos días —respondió por fin, arrancando el recuerdo de supensamiento 

—Hay que quitarte esa pulsera.

Luke señaló con un gesto la muñeca de Walquiria.

Ella asintió, se levantó del sofá y luego cambió de postura para cargar el peso del cuerpo sobre la otra pierna, incómoda, mientras Camille los miraba a uno y a otra alternativamente. Por fin, se cruzó de brazos y se volvió hacia Luke.

—¿Estás seguro de que esto es una buena idea? ¿Y si te descubren?

Luke puso mala cara.

—Ya hemos hablado de eso —lo dijo con voz queda, pero Walquiria distinguió una sombra de frustración en su voz—. Si no la ayudamos, la matarán. Es lo correcto.

Lo correcto, pensó Walquiria . Eso era lo único que ahora significaba para él, un peso que no quería en su conciencia.

—Mejor ella que tú —replicó Camille con voz temblorosa.

Luke se inclinó y le dio un beso en la coronilla.

—Todo irá bien. La llevaré a Fénix y luego volveré directamente a casa.

Camille suspiró y le tiró a Walquiria una camisa y unos pantalones.

—Toma —dijo—. Ya sé que las chicas de Fénix son más estilosas, pero así pasarás desapercibida. Nadie te va a tomar por un miembro del personal de limpieza con ese pelo.

Apretó el brazo de Luke y regresó al dormitorio. Walquiria y él se quedaron solos.

Ella permaneció donde estaba, sosteniendo la ropa con incomodidad, y por un momento se miraron a los ojos. La última vez que se habían visto, a Walquiria no le daba ningún corte cambiarse delante de él.

—¿Quieres que...? —se interrumpió y señaló con un gesto la habitación de Carter.

—Oh —dijo Luke, ruborizándose una pizca—. No, yo... Vuelvo enseguida.

Criminales en tierra.(Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora