Aomine fue despertado por unos ruidos extraños que venían del baño, aunque el ya sabia de quien se trataba. Kuroko estaba ya en su cuarto mes y su abdomen estaba levemente abultado, haciendo que se viera más tierno de lo normal, cosa que hacía que Aomine quisiera hacerlo suyo a cada segundo. Pero bueno, eso ya es normal, así que, volviendo al tema de los ruidos, Kuroko se encontraba de rodillas frente al inodoro devolviendo toda la deliciosa comida que había ingerido el día anterior. Su cara estaba roja, y varias gotas de sudor resbalaban por el esfuerzo que estaba haciendo. Aomine suspiro triste, no le gustaba ver a Kuroko sufrir, al menos no de esa forma. Pero cuando recordó lo que Kuroko llevaba en el vientre, sonrió como un tonto. Kuroko sintió una mano en su espalda moviéndose lentamente, haciendo que su cuerpo dejara de temblar.
-Aomine-kun, vete. No quiero que me veas así.- Kuroko a duras penas logró decir eso, ya que estaba un poco débil. Aomine seguía sonriendo.
-No me iré, me necesitas. Además, yo te encuentro lindo de cualquier forma amor. - Un beso fue puesto en la mejilla caliente de Tetsuya.
-No digas eso.- Aomine rio.
-Vale, vale, no lo diré. Al menos no hoy. - Kuroko le iba a dar un golpe pero falló totalmente por lo débil que estaba y Aomine lo cargo, le ayudó a cepillar sus dientes y le llevo devuelta a la cama. -Vamos a descansar ahora, aún son las 3am. Mañana entrare a trabajar a las 11am así que tendremos tiempo juntos. Nosotros tres.- Kuroko sonrió sin darse cuenta, y llevo gran mano de Aomine a su vientre, la cual literalmente casi tapaba aquel pequeño bulto que crecía cada día. Las mejillas del negro se pusieron levemente coloreadas por ese gesto que Tetsuya no había hecho antes, y se encontró apretando un poco esa área, sintiendo lo suavecita y blandita que era, haciéndolo sonreír como un niño.
-Ya esta creciendo. Aunque aun sea muy pequeño, lo puedo sentir.
-Ya quiero que nazca para enseñarle a jugar baloncesto.- Kuroko sonrió mostrando sus dientes.
-Dalo por hecho.
[Tres Meses Después]
Ya con siete meses de embarazo, el abdomen de Kuroko había crecido considerablemente, y era terriblemente tierno con el uniforme de Seirin, el cual se ponía cada vez que esto tiene algún partido de práctica o baloncesto callejero, para animarlos desde las gradas. Aunque Kuroko siempre les pedía que le dejaran jugar un rato, Kagami le decía:
Ocasionando un lindo puchero en el rostro de nuestro Tetsu.
Los fans de Seirin se habían enterado del embarazo y no pudieron mostrar más felicidad. También los fans del Koo supieron de la noticia, y la gran mayoría felicitaba a Aomine por dejar de vaguear en la azotea y diciendo que cuando vieran a Tetsuya le agradecerían por cambiarlo. Aomine se preguntaba si realmente había cambiado. Es cierto que ya no hacía el tonto en la azotea (ya no estaba en la escuela) y también en cierto que quemó todas sus "educativas" revistas. Algunas veces llamaba a Kagami para que le ayudara en algo, aún le consideraba como su rival y las peleas eran muy constantes, aunque ahora eran amigos. De vez en cuando Kise le llamaba para que le acompañara a comprar ropa para alguna sesión de fotos, y el iba. Murasakibara le pedía muchas veces que fuera para su tienda para que probara nuevos dulces que él había confeccionado, y él iba con gusto y de paso le llevaba algo a su Tetsu para saciar sus antojos. Midorima, le daba cada vez que podía su objeto de la suerte, también a Kuroko, y cuando antes le rechazaba, ahora se alegraba de que su amigo le deseara suerte en el día. Pero, ¿eso significaba que había cambiado? Seguía siendo competitivo, muy competitivo. Seguía comiendo quince hamburguesas cuando iba a su restaurante favorito, bueno en realidad eran doce ya que cierto peli azul, le robaba tres hamburguesas mientras sonreía inocentemente.
¿Quien se podría negar ante eso?
Aomine seguía siendo un poco arrogante, cosa que ya era natural en su personalidad, y aun seguía jugando baloncesto. Su horario consistía en estar con Tetsu toda la mañana, besarla, abrazar, besar su abdomen, sentir a su hijo, trabajar en la comisaría, practicar e ir de nuevo con Tetsu, quien muchas veces le entrañaba. Kuroko había comenzado sus estudios y prácticas en criminología, gracias a su peculiaridad de poder leer los gestos de las personas, durante sus primeros cuatro meses, y ya después tomo unas merecidas vacaciones por cierta criaturita. Seirin ya no estaba compuesto por los que ya conocemos, ya que estos habían acabado la Universidad, y solo jugaban cuando estaban libres o cuando la ocasión lo ameritaba, causando tristeza en Kuroko.
Dejando todo eso atrás, otros mes pasó, y ahora con ocho meses, Kuroko y Aomine se encontraban saliendo de una ecografía, en donde supieron el sexo del bebé, ya que quería retrasarlo lo más posible, así la sorpresa sería más grande. Un varón. Aomine estaba que no podía parar de sonreír en su trabajo. Era un varón. Estaba muy feliz y no podía esperar en el momento en el que este naciera y creciera ya que había muchas cosas que quería enseñarle. Se imaginaba a sí mismo, mostrándole cómo sujetar la pelota al tirar, a donde apuntar, cuales ejercicios le ayudarán a fortalecer sus bracitos, el mejor restaurante de Japón, donde trabajaba su mamá, digo, papá, contarle la historia de cómo conoció a Tetsu, todo lo que tuvieron que pasar y cuanto le amaba. Muchos en su trabajo se contagian con su sonrisa, la cual no era muy común de ver.
Kuroko también sonreía, mientras reunía a sus amigos y les daba la noticia, a lo que ellos se fueron a celebrar al típico restaurante favorito de todos. Hyuga era normal al lado de Kagami, quien casi comía todo igual que Daiki. Teppei, Izuki, Koganei, Furihata, Mitobe y los demás, compraron el menú normal que una persona normal normalmente pediría, y Kuroko, deseando la comida de su novio, solo tomo una malteada de vainilla. Pero esa malteada vino con un mensaje que decía:
"Cuando veo a alguien tan hermosamente tierno como tu no puedo apartar la mirada. Sin ti siento que tengo la llamarada. Tu cabello azul como el cielo y tus mejillas rosadas, hacen que mi corazón se quiera suicidar con una cuchara. Tus ojos tocan mi alma y acarician mi vida, como si lloviera granizos gigantes en mi dia. Te amo y te espero en mi vida. Nunca adivinaras quien soy. Dame una llamada, o moriré por la llamarada..." D.
Que magnifico poeta, ¿no creen? debería estudiar lingüística o algo que tenga que ver con eso. Kuroko comenzó a reír y los demás le vieron raro, a lo que relacionaron con fusibles quemados en su cabeza por el embarazo y siguieron en lo suyo
.
-Chicos, ya es tarde, volveré a casa. Cuídense.-los demás le vieron levantarse, aun sonriendo y se ofrecieron a llevarle, a lo que el negó. La brisa fría chocó contra su rostro y vio la espalda de ya saben quien. Caminando hacia él, le abrazo dificultosamente por detrás, ya que su enorme vientre ocupaba mucho espacio. Aomine sonrió, sintiendo un movimiento en su espalda. Al parecer la criaturita reconoció a su otro papá.
-¿No crees que soy un gran poeta, eh Tetsu?- Kuroko cerró los ojos asintiendo, aunque luego se percató de que Aomine estaba de espaldas a él y no podía verlo. Genius.
-Definitivamente deberías buscar trabajo para eso. Apuesto a que ganarías millones.- Aomine se volteó en su mismo lugar y entrelazo sus manos en la espalda de Tetsu, mientras su vientre era apretado por el de Tetsuya.
-Obtengo millones cada vez que te veo.- ya saben que les paso a las mejillas de Tetsuya, quien rió un poco.
-¿Porque eres tan cursi? tu rostro es de un chico malo.- Aomine hizo un puchero.
-Es porque te amo, ademas, soy un chico malo, para alejar a las pirañas de ti. Imagínate que hubiera pasado si esa gran poesía te la hubiera mandado alguien más.
-Lo hubieras matado sin duda.
-Exacto. Soy un policía no un asesino. Así que no provoques a nadie. Provócame a mi. - Con gusto, beso a Kuroko, haciendo una guerra de lenguas, mientras su mano derecha estaba en el costado de su vientre, la otra estaba en la mejilla del peli azul, acariciándola y acercándolo lo más que pudiera. Abrazar a Kuroko era muy reconfortante, su espalda y pequeña cintura, su piel suave y lechosa, su rostro caliente, su respiración, y ahora su vientre. Todo era reconfortante para Daiki, quien no sabía cómo amarle más.
Pronto iba a nacer su bebé....
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Nunca olvides... [Aokuro]
RandomSiempre mío. [Estos personajes no me pertenecen. Relación homosexual, boyxboy, yaoi. Historia corta] Portada: Yo. xxAlwayssmileniallxx