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Kuroko viro los ojos y miro hacia otro lado.

-No me vires los ojos, Tetsu. Debes comerte tus vegetales.- Aomine se encontraba sentado al frente de Kuroko, quien estaba sentado un poco de lado, ya que su abdomen muuuy abultado no le dejaba sentarse bien, a lo que Aomine guardo una pequeña sonrisa por lo tierno que se veía.

-No quiero, y no los voy a comer.- ahora fue Aomine quien viro los ojos.

-Debes hacerlo. El medico dijo que era bueno para el bebe.

-¿Dentro de quien esta el bebe? de mi ¿verdad?. Pues yo soy quien decide que comer, al diablo con ese Medico entrometido. ¡Mi bebe quiere lasaña!- grito cruzándose de brazos. Aomine suspiro sonriendo. Tetsu estaba insoportable, con múltiples cambios de humor y apetito, y hasta decía groserías, era algo que Daiki disfrutaba ver muchísimo. Un Tetsu diciendo palabrotas no se ve todos los días y mas cuando lo ves comiendo con su panzota diciendo que quiere mas. Era una cosita tierna, y lo que llevaba dentro le añadía mas.

-Vale, no vegetales. Pero, al menos tomate la batida que compre.

-No me vas a engañar. Esa cosa también tiene vegetales.

-Si los tiene, pero sabe a vainilla, Tetsu. Mira. -Aomine le mostró una de esas botellas a un curioso y tierno Kuroko quien veía con ojos luminosos las palabras "sabor a vainilla"- ¿Ves? pruébala.- Kuroko la probo, y al instante se había acomodado en su asiento de nuevo con la botella en sus manos, un poco sonrojado.

Aomine sonrió por enésima vez.

Ya habiendo comido, y reposado, Kuroko se antojo de ir de compras. Su ropa le quedaba ajustada debido a su embarazo y su autoestima estaba un poco baja. Aomine le siguió de cerca, viendo como su novio entraba de tienda en tienda y como las miradas se centraban en el, murmurando lo tierno que se veía con esa panza. Pronto los brazos de Aomine comenzaron a llenarse de paquetes, y Kuroko sonrió.

-¿Necesitas ayuda?- Aomine negó. -¿Seguro?- Aomine asintió.

-He cargado muchas cosas antes, bebe. Incluyéndote. - Aomine sonrió, y luego borro esa sonrisa cuando vio los ojos de Kuroko llorosos. -Hey, bebe. ¿Que pasa?- Kuroko se giro y camino dejando a tras a Aomine quien le siguió corriendo segundos después. Daiki soltó los paquetes y acorralo a Kuroko en una esquina.

-¡Déjame, Aomine-kun!

-Hey ¿que pasa? ¿porque estas así?- el rostro de Kuroko estaba empapado en lagrimas.

-¿Soy muy pesado?- la cara de confusión de Aomine no se hizo esperar. -¡Lo sabia! ¡estoy gordo!
- los ojos del negro se abrieron.

-¿Que? ¡no! ¡no estas gordo, bebe! ¡no quise decir eso!

-¡Claro que si! ¡mira esta panzota! ¡y mira mis piernas! ya no me quieres ¿verdad?- Aomine suspiro. Tetsu bipolar otra vez. Estaba muy sensible últimamente.

-Bebe, no estas gordo. Estas hermoso, y tus piernas son las mas sexys que he visto.- los ojos de Kuroko brillaron.

-¿De verdad?- Aomine sonrió, besando su frente.

-Si. Te amo.

-Yo también. - Kuroko se paro de puntitas y beso a Daiki quien rápidamente le respondió, dejando una pequeña mordida. Cuando se separaron, Aomine limpio las lagrimas de su bebe y tomo todos los paquetes, luego, juntos se fueron a la casa.

*****

En alguna parte de su camino a la casa se habían encontrado con Hyuga, Takao, Kise y Midorima, quienes también se habían encontrado por pura casualidad y ya que Kuroko se había antojado de un crepe con fresas, pues estuvieron juntos unas horas, haciéndose los graciosos y mimando a un Tetsu embarazado y endemoniadamente tierno. Luego de jugar un rato, Aomine se coloco detrás de Kuroko y coloco los brazos en los hombros del peli azul, guiándolo para ahora si irse a dormir y dejando un beso en su frente.

Nunca olvides... [Aokuro] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora