Pompa 7

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Leo.

Cada grupo que se presentaba al concurso necesitaba un nombre. Como una marca.

Nosotros nos habíamos llamado 'After Sex'

Un poco llamativo, subido de tono, incluso. (Bastante, según nuestra profesora de historia del diseño) Pero tenía su por qué.

La primera vez que quedamos todos juntos, los cinco, nos pusimos a contar anécdotas. Para relajar la tensión y para conocernos mejor.

Yo conté la historia de cómo se conocieron mis padres.

Mi padre era músico, y su grupo se llamaba After Sex, el cual se dividió un día después del nacimiento de mi hermana. Tras reírnos de la inesperada borrachera de mi madre y de los encontronazos que creaba mi padre, Barbara comentó que el nombre le gustaba. Sonaba a relajación, a nirvana. y todos estuvieron de acuerdo.


Limpié las migas que había dejado Alexa comiéndose las galletas.

Alexandra Bourjois estaba metida en un buen lío del que todavía yo no era consciente.


Eva.

Eva, Eva, Eva, Eva.

Repetía en mi mente mientras miraba las púas del cáctus.

Me llamaba Eva. Había transcurrido casi veinticinco años de mi vida plenamente en España. Queriéndome a mí y queriendo a todos a mi alrededor. Y había venido a Francia para...¿Un cambio de aires? ¿Seguir mis estudios? ¿Aprender el idioma? Ya se me ocurriría algo.

Abrí la maleta y saqué un cuaderno. Lo abrí, mientras revisaba su contenido.

Eran letras que había escrito hace años, letras de canciones, sin melodía, sin voz.

Hacía demasiado que no cantaba. Pero deseaba hacerlo.

Suspiré y abrí la boca, esperando a que saliese algo por voluntad propia.

Pero nada sucedió.

Ojeé la libreta y chasqueé los dedos. Un lápiz. Un boli. Rápido.

Rebusqué en la maleta hasta que encontré un pequeño estuche con un par de lápices y bolígrafos.

Cogí el boli rojo y comencé a escribir, mientras canturreaba las palabras, improvisando un ritmo.

'I needed this so bad

Staying away from

things that remind me

my horrible past...'

Respiré hondo.

'Found a new beginning

With a different name,

an absent family...


Leo.

Aún con la cabeza en otro sitio, los bocetos estarían sin duda terminados para dentro de un par de días, con todos los apuntes y detalles. Hacía un par de días que no me duchaba. Estaba sucio, y en pocos minutos tendría que dirigirme a clases. Gabriel estaba fuera.

El hecho de que Gabriel tuviese un grupo y que nuestra 'marca' en la escuela se llamase 'After Sex' Me recordaba infinitamente a mi padre. La última vez que lo vimos fue hace tres años, cuando fuimos de vacaciones en Madrid, justo cuando él también tenía un concierto allí. Había seguido su vida como si nada. Parecía que no nos echaba de menos. Pero yo mantenía la esperanza de que fuera una máscara, una actitud para protegerse y no desmoronarse. Para no admitir que nos seguía reconociendo como parte de la familia.

No todos los rusos se llaman DimitriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora