Y ahí estaba, frente a la puerta sin saber si tocar o no, pero no quería que Luke se fuera así tan fácil de mi vida. Así que junté toda mi voluntad y toqué despacio la puerta, dos veces, di unos pasos hacia atrás y lo esperé.
Abrió luego de segundos y por su expresión no parecía querer verme nunca más.-¿Qué quieres, Michael?-
-Luke, fui un tonto ¿Sí? El tonto más estupido del mundo, fui una basura y realmente lo siento porque no puedo estar sin ti ni nuestro pequeño. Solo te pido que vengas conmigo, que veas lo que hice para ti y si no quieres perdonarme, no lo hagas, pero solo ven conmigo-
-Sólo una hora, Michael, sólo una-
Y me sentí feliz en ese momento, cerró la puerta y caminó conmigo hacia el auto, después de eso el camino fue puro silencio por parte de los dos, pero por suerte tardamos poco en llegar. Le abrí la puerta como siempre lo hacía y tapé sus ojos con una benda, para su sorpresa. Lo conducí hacia la puerta y la abrí despacio, asegurandome de que todas las flores estuvieran ahí.
-Ya puedes destaparte los ojos-
Y lo hizo.
-Dios, Mike...-
-¿Te gustan?-
-Me encantan, pero sabes que lo material no soluciona nada-
-Te escribí una carta...-
-¿Podrias leerla?-
-Claro- Busqué la carta que estaba sobre la mesa y empecé a leer- Luke...sé que he cometido un grande error, que soy un tonto y como quieras llamarme, pero...- Suspiré y dejé la carta a un lado- Pero no puedo estar ni un segundo sin tu presencia, me siento vacío si no estás a mi lado, eres lo mejor que me pudo haber pasado en toda la maldita vida ¿Lo sabes verdad? Estar contigo es lo mejor que hice hasta ahora, tal vez hayan mejores personas allá afuera, pero nadie va a amarte tanto...- Interrumpió-
-Nadie va a amarme tanto como tú lo haces- Y me abrazó-