Deus ya estaba en quinto año de secundaria con dieciséis años y Michelle en cuarto con catorce años, en un mes sería su cumpleaños y le estamos organizando una gran fiesta. Recuerdo cuando fuimos a comprar su vestido y tardó cinco horas en elegir uno, ya que no tenían del diseño que ella quería, recorrimos toda la ciudad pero al fin lo encontramos y ahora sólo faltaba conseguir un par de zapatos, lo demás ya estaba listo; el salón, el auto en el que ella entraría junto con su moño color turquesa, las fotos de la sesión, y todos los preparativos, pero sólo faltaban los zapatos.
-Sigo pensando que no me gusta la falda del vestido, es muy corta Luke- Me quejé-
-Michael, tendrá un short debajo, no se le va a ver nada-
-Bueno pero de todas formas me da celos-
-¡ME GUSTAN ESOS!- Gritó Michelle señalando unos zapatos en vidriera-
-Son demasiado altos ¿sabes caminar con eso?- Le pregunté-
-Papá, callate y saca la tarjeta de crédito-
Entramos y ella se probó los zapatos, le quedaban a la perfección y combinaban con su vestido, eso sí, me obligó a comprarle más calzado porque según ella una chica debe estar bonita y con algo diferente todos los días.
-Papá, ¿Puedo ir a dormir a casa de los tíos Calum y Ashton?- Preguntó Deus a mi lado-
-Es tu primer semana de clases, no vas a faltar- Dijo Luke lo que yo diría-
-Pero John y yo vamos a las mismas clases, además ya limpié mi habitación e hice mi tarea- Insistió jalandome del brazo-
-Esta bien hijo, pero no me gusta que te vayas casi todos los días con ellos, tal vez les molesta-
-Papá, callate y comprame algo de comer-
-Sí, amo-
Reímos y luego de pagar los zapatos, nos fuimos a burguer king, donde todos pedimos combos enormes.
Somos una familia de gordos.
