Siempre A Tu Lado

Capítulo 14

Después de que Ansel insistiera en que subiera a su Harley y yo me negara rotundamente, él consiguió convencerme. Al parecer el coche con el que me llevó a casa no es de él sino de Alan, Ansel sólo posee una moto.

Sinceramente, no sé cómo sentirme después de lo que ha pasado. Primero estaba completamente enfadada pero Ansel es capaz de conseguir que olvide todo lo demás, como si sólo al estar a su lado los problemas desaparecieran. Nunca había sentido algo como eso, y ahora la idea no es tan desagradable como pensé que sería.

—Iris, cariño —Alex está frente a mi dando toquecitos en mi hombro intentando llamar mi atención. Subo la mirada y lo encuentro frunciendo el ceño— ¿Estás bien? Estabas mirando un punto fijo y no me contestabas. ¿Acaso viste un fantasma?

—No, no —río un poco por su comentario— Sólo es que he tenido una tarde un poco... movida.

—A saber qué está pasando por esa cabecilla... Adolescentes —rueda los ojos y suelta una risilla que me hace sonreír— Cariño, ¿puedes ir a ayudar a Taylor? Ella está atendiendo sola.

—Sí sí, enseguida voy —Alex me guiña un ojo y se encierra de nuevo en la cocina.

...

Me quito el uniforme después de una cansada tarde de trabajo y agarro mi bolso dispuesta a salir a ir a casa para acostarme en mi, ahora, muy cómoda cama.

—Cariño, te traigo tu sueldo del mes —dice Alex acercándose a mi con un sobre blanco no muy grande.

—Vaya, gracias Alex —recibo el sobre con una gran sonrisa. ¡Mi primera paga!

—Anda, ve a casa ya que has trabajado bastante.

—Gracias de nuevo. Nos vemos —me despido dándole un beso en la mejilla.

En cuanto salgo alzo la mirada encontrando a Ansel montado en su Harley dándome la espalda. Después de quedar embobada observando su gran espalda que tanto me gusta, decido acercarme a él.

En cuanto voltea a verme, desecho la idea de asustarle. Me acerco más lentamente frunciendo un poco el ceño, en verdad no esperaba que él estuviera aquí.

—¿Cuánto llevas aquí?

—Poco.

—¿Y a qué has venido, exactamente?

—Sé que no tienes como llegar a casa, y prefiero llevarte antes de que vayas en un sucio autobús —ruedo los ojos y niego con la cabeza mientras esbozo una pequeña sonrisa.

—Todavía no entiendo cómo me he subido en esa cosa.

—Sólo es una moto, supéralo —dice rodando los ojos— ¿A qué estás esperando ahí parada? Vamos, sube.

Me coloco el casco y consigo subirme a su gran moto. No estoy exagerando, es grande y cuesta un poco montarse en ella.

—¿Tú no usas casco? —cuestiono curiosa. Él voltea a verme.

—No lo necesito —enseguida una sonrisa arrogante se apodera de su rostro.

—Ah... te gusta la adrenalina —le doy una sonrisa divertida y la suya se extiende aún más.

—Eso y muchas cosas más —dice con su voz ronca que tanto me gusta— Vamos, agárrate.

Después de rodearlo con mis brazos intentando no asfixiarle, posando mis manos en la parte baja del abdomen, arranca la moto y estamos de camino a mi casa.

Luchando por que mis párpados no se cierren completamente, me doy cuenta de que estamos a una cuadra de mi casa y le indico a Ansel que pare aquí.