Capítulo 1

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Me despierto debido a los rayos del sol que entran por la ventana y me doy cuenta de que me quedé dormida con los auriculares puestos y la canción Don't Let Me Down sonando.

Froto mis ojos, miro la hora y son las 10:30 am —Oh Dios, he quedado con Clara en una hora—. Me ducho lo mas rápido que puedo, me visto con una falda y la primera camiseta que veo, me pongo un poco de maquillaje, termino y bajo a desayunar.

Me monto en mi coche —un fiat 500L color celeste— que me regalaron en mi cumpleaños y que cuido como si fuera mi hijo. Voy directa al centro comercial, aparco el coche en el parking y veo a Clara sentada esperándome en un banco.

—¡Hola! —me saluda con gran entusiasmo aproximándose a mi para darme un abrazo.

—Hola —le regalo una cálida sonrisa de vuelta— Bueno, ¿por dónde empezamos? Me dijiste que tenía que venir urgente.

—Es que mis padres tienen una fiesta hoy por la noche, no tengo nada que ponerme y quiero que me ayudes a elegir un vestido. Tú sabes que yo sola no puedo, soy muy indecisa —dice ella haciendo pucheros, casi entrecerrando sus ojos verdes y brillantes.

—Pues venga, entremos —ella sonríe victoriosa en respuesta.

Cuando entramos a una tienda que se llama "Elegancia" vemos un montón de vestidos hermosos. Ella coge dos vestidos que le gustan, uno verde que es horroroso y otro rosa y rojo.

Se los prueba pero ninguno nos convence, entonces veo un vestido precioso de color azul marino con escote de corazón, largo con una cinta plateada. Lo cojo y aunque me encantaría llevármelo para mí, le obligo a ponérselo. Cuando sale del probador la miro alucinada de lo bien que le queda y se ajusta a su cuerpo resaltando sus curvas. A ella también le gusta así que decidimos llevárnoslo.

—Necesito un helado —le comento cansada. Hago un pequeño gesto en el que saco la lengua en forma agotadora.

—Sí, yo también —responde ella—¡Mira! ahí hay una heladería, vamos a sentarnos.

—Uno de pistacho y otro de chocolate, por favor —le pido al chico guapísimo de detrás de la barra que me mira intensa y cautivadoramente hasta que me sonrojo.

Él tendrá unos años más que yo, es muy moreno y de ojos azules como el mar. Lleva el pelo un poco desordenado pero eso lo hace todavía más atractivo. Él me da los dos helados, yo le agradezco y le pago. Cuando estoy por irme, me guiña el ojo derecho muy sensualmente. Sé que está mal juzgar a la gente sin conocerla, pero esta faceta de "chico malo" a mi no me gusta mucho. Y él lo representaba claramente.

—Toma —me dirijo hacia Clara dándole el helado de chocolate después. 

Empezamos a hablar de trivialidades hasta que se me hace tarde.

—Bueno Clara lo he pasado muy bien hoy, pero creo que ya tengo que ir a casa. Seguramente mi padre me esté esperando para cenar.

—Está bien amiga, yo también tengo que irme pronto. Y por cierto, gracias por ayudarme a elegir mi vestido.

—Ha sido un gusto. Pásatelo bien en la fiesta y ya me contarás si has ligado —ella se ríe a carcajadas por mi comentario después de darme dos besos en las mejillas.

Llego a casa y veo a Jorge plantando unas rosas preciosas, sabe que me encantan.

Subo a mi habitación y me acuesto en la cama mientras saco mi móvil para revisar mis redes sociales. Al rato Catalina me avisa de que la cena está lista y bajo al comedor para encontrarme ahí a mi padre sentado esperándome.

—Hola Iris —me saluda con una sonrisa un tanto impropia de él. Desecho la idea de mi cabeza y me dispongo a responder.

—Hola papá —sueno más seca de lo que yo quería.

Siempre A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora