Incentivos dolorosos pero hermosos

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"Hay que seguir tus sueños, siempre

No te detengas, cumplilo, conseguilo, vivilo..."

Jamás lo admitiría en voz alta, o te lo susurraría al oído.

Tal vez lo escribiría en un papel,

Para luego quemarlo y dejar que el viento se lleve las cenizas.

Pero te lo aseguro, nunca te enterarás

De la gran importancia que tuvieron esas palabras

Cada enseñanza trillada y barata, saliendo de tus labios tenía más sentido

Tenía más impacto.

Y es que como podría arrepentirme de conocerte?

Cuando estuviste ahí, cuando sostenías mi mano

Cuando secabas mis lágrimas, cuando acariciaste mi sufrimiento

Cuando me hiciste vivir, sentir, amar y sufrir.

Si, sufrí. Porque sufrí tan fuerte que costaba respirar.

Una tarde de otoño, tenía mi nariz pegada a una novela romántica, del tipo juvenil

Hacía muecas de dolor acordes al ritmo dramático de la historia

Y entonces enlazaste tu mano a la mía, apretando ligero pero firme.

Tal vez por eso te amé, por tu capacidad de entenderme

Por tu inexplicable facilidad de calmarme, y tu admirable manera de alentarme.

Te amé lo más sano que un alma rota puede amar a otra

Te amé fácil, te amé sencillo,

Te amé con lo que era y con lo que nunca fui.

Te amé con un principio

Pero sigo sin encontrarle un fín.

Te amé. Y eso es lo único que importa.

Yo Y Solo YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora