Capítulo 1

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[TODO FINAL TIENE UN INICIO]

Tiffany Hwang cayó al suelo con firmeza mientras que aquella sonrisa deslumbrante que maravillaba a todos adornaba su rostro; para muchos era una diosa caída del olimpo para el deleite de los humildes ojos mortales, para otros era un ángel caminando con simples mortales mostrando las bellezas que habitaban en el cielo. Con su vestimenta de porrista, su piel tan blanca y tersa como la seda, su cabello castaño como el chocolate y aquella sonrisa de media luna era casi imposible no quedar encantado con ella, era sin duda alguna una mujer ¡Hermosa! Y llenando muy bien el significado de la palabra.

—Realmente eres hermosa cuando prácticas.

Jessica Jung le tendió una toalla cuando ella caminó a las gradas por un poco de agua, en ese preciso momento era como ver a dos maravillosas obras de Miguel Ángel convertidas en humanas mirándose fijamente. Jessica Jung era también hermosa, y eso era quedarse corto, porque para todos aquella mujer era la diosa Atenea en vida; con una gran sabiduría y madurez, el cabello acaramelado como una deliciosa miel, piel blanca y delicada como porcelana, sus ojos azules que reflejaban frialdad y, al mismo tiempo, una confianza que te dejaba sin habla tratando de encontrar una razón para saber que hacia aquella diosa frente a ti.

—Y tú lo eres siempre.

Ambas compartieron unas pequeñas sonrisas.

Y ahora era cuando más de uno podía desmayarse al saber que ambas bellezas estaban juntas. Si, Tiffany Hwang y Jessica Jung eran pareja, no podían estar más de acuerdo teniendo en cuenta la perfección de ambas chicas; Tiffany, siendo capitana del equipo de porristas y miembro del cuadro de honor, y Jessica, siendo presidenta estudiantil, miembro del cuadro de honor y estudiante número uno de la escuela.

Era más que compatibles.

Eran perfectas.

—Pasare por ti para llevarte a casa.

Jessica posó sus labios sobre los de ella, aquel cálido beso provocó una sonrisa en la princesa de sonrisa de ojos, ésta simplemente tomó la mano de Jessica con fuerza mientras esta se separaba y le mostraba una pequeña sonrisa.

—No tardes.

—No lo haré.

Tiffany fue soltando la mano de Jessica lentamente mientras ella se alejaba, observó atentamente como su preciosa acaramelada regresaba con dos chicas que al parecer las habían estado observando todo el tiempo, y no con buena cara.

Sin embargo, para llegar a este punto hay que retroceder un poco en el tiempo. Exactamente dos años atrás, cuando Jessica no era la presidente estudiantil y Tiffany no era la capitana del equipo de porristas.

Era un día como cualquier otro, los árboles se movían al compás del viento de verano creando una danza única y suave. Los estudiantes llegaban a la escuela frescos, preparados para el inicio de su último o primer año en la preparatoria. Todos sabemos que si eres nuevo estarás el doble de excitado y nervioso, sólo con el hecho de saber que estarás solo en un grupo con personas que no has visto nunca en tu vida, es suficiente como para que te suden las manos. Aunque ese no era el caso de Tiffany Hwang.

Ella caminaba con una confiada y hermosa sonrisa que dejaba a cualquiera que se cruzara en su camino en un trance total, ella era sin duda una chica hermosa. Lo tenía todo: una magnífica apariencia, personalidad hermosa, buenas proporciones, inteligente, con hermanos amorosos y una madre maravillosa. Toda su vida había tenido lo que deseara, al ser la pequeña de la familia todos y cada uno de sus caprichos se cumplían al pie de la letra, sin embargo, no se quedaba atrás en cuanto ser el orgullo de su familia al ganar innumerables competencias en distintas disciplinas y con calificaciones perfectas.

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