Capítulo 4

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[EL AZUL, UNA NUEVA ADICCIÓN]

Tiffany observaba desde la entrada de la biblioteca a su novia que leía en un rincón apartado un libro, se preguntaba sobre el contenido de aquellas hojas, pero estaba segura que debía ser algo de suma importancia para que su adorada acaramelada jugara con su lapicero, aquello era un claro signo de frustración.

—Luces hermosa cuando lees.

Aquellas palabras hicieron sonreír a la acaramelada, ésta cerró el libro para verla curiosa al percatarse de las dos latas de jugo que cargaba en ambas manos.

—No debes traer alimentos a la biblioteca.

—No te preocupes por eso, la encargada es mi amiga y resulta que la presidenta estudiantil es mi novia —ambas soltaron una risita mientras ella se sentaba frente a la acaramelada—, así que tengo ciertos privilegios.

—Qué suerte tienes.

Jessica tomó ambas latas de inmediato y las abrió dándole una, ella jamás había podido abrir una de esas latas, por lo cual la bella presidenta siempre abría las latas por ella.

—Gracias, bella dama —agradeció con una singular sonrisa—, ¿Qué es lo que lees?

Su curiosidad estaba en su máximo esplendor al ver el libro que su adorada novia había dejado fuera de su alcance.

—No es nada importante, algo sobre ejercicios de física y esas cosas.

La acaramelada sonrió de forma tranquilizadora antes de beber un poco de su jugo, por otro lado, ella sentía que le ocultaba algo, no era normal que Jessica no le mostrara lo que leía.

—¿Almorzaremos juntas?

Jessica sonrió cálidamente.

—Por supuesto, eres más importante que el consejo estudiantil o la directora —tomó su mano y la miró fijamente—, lo único que quiero y anhelo eres tú.

Tiffany no pudo evitar sonreír, al final Jessica siempre seguiría siendo Jessica... la amable, tierna y protectora chica que conoció su primer día de clases por accidente.

—Te amo, ¿lo sabes?

—Lo sé.

La acaramelada se acercó a ella y la besó suavemente mostrándole de esa forma la intensidad de sus sentimientos, dejándola en un estado de embeleso total. Ambas se separaron y se miraron por un largo tiempo, perdiéndose en la profundidad de los ojos ajenos hasta que la puerta de la biblioteca se abrió y Jessica rompió el contacto para ver a las recién llegadas.

—Jessica, el consejo ha solicitado su presencia, la directora quiere hablar con todos.

—Está bien —contestó la acaramelada de forma tranquila y despreocupada—, ¿ya están Nana y Yunho?

—Sí, sólo falta usted.

Tiffany se quedó mirando fijamente a las chicas a su costado, la estaban ignorando completamente y eso le molestaba, sobre todo, la forma en que miraban a su novia. Apretó con un poco más de fuerza la mano de la acaramelada y ésta se giró a verla, los ojos azules de Jessica eran tan profundos...

—Debo irme preciosa —ella sonrió inmediatamente al escuchar aquello olvidando por un momento a las otras dos chicas—, estaré contigo para el almuerzo sin importar qué.

—Te estaré esperando.

—Te amo.

Jessica se volvió a inclinar para besarla y ella sonrió al ver el ceño fruncido de las chicas a verla, profundizó el beso para sentir aún más la calidez de aquellos deliciosos labios, sobre todo, para sentirse en ese estado etéreo que sólo la acaramelada provocaba en ella. Al separarse la acaramelada le mostró una media sonrisa y le dio un último beso en la frente.

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