Capítulo 6

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AGRIDULCES MOMENTOS

Los atardeceres siempre han sido un espectáculo único de la naturaleza, al igual que los amaneceres, los arcoíris, las tormentas con relámpagos y los truenos que, junto a las gotas de lluvia, hacen una sinfonía etérea, tan delicada y ligera, una sinfonía tan única que no parecía ser de este mundo. Eran tan cautivante, tan embriagador perderse en los espectáculos naturales, sobre todo, cuando compartes tan maravilloso momento con un ser especial.

Y aquel era su caso.

El sol que se escondía entre el horizonte y los edificios de la energética ciudad lanzaba sus últimos rayos de luz, acariciando y calentando su piel del frío anochecer. Dándole un abrazo que la dejaba en un estado hipnótico, casi ataráxico. Pero aquello no se comparaba con la imagen que Tiffany le mostraba en aquel instante.

Era tan cautivante e idílico; los rayos de luz le daban una imagen armónica, un filtro que la hacía lucir acendrada, totalmente perfecta a sus ojos y los de cualquier mortal. Aquella mujer era como ver la palabra 'hermosa' tomar forma en un cuerpo humano.

—¿Qué me has hecho, Tiffany? —murmuró en voz baja llamando su atención—, ¿cómo es posible que tu simple presencia me llene de dicha y tu mirada haga latir mi corazón? —cuestionó con una sonrisa—, me tienes a tus pies.

Las delicadas y suaves mejillas se tornaron carmesí, sus ojos se desviaron nerviosos a causa de sus palabras. Sonrió ante eso. Volvió su mirada al cielo, las estrellas comenzaban a aparecer, mostrando con ímpetu su brillo y su belleza que el universo les había otorgado.

—¿Por qué dices cosas que me hacen sonrojar, Taeyeon?

Sus ojos se enfocaron en ella, en aquel rostro juvenil, lleno de vida, de deseos y sueños. Era única chica tan dulce, tierna y maravillosa. Tiffany era su bella amante.

—Porque son cosas que siento —contestó suavemente—, eres algo que suscitas en mí.

El sol se ocultó completamente en aquel momento, ambas se mantenían unidas en una fuerte conexión de miradas, perdidas en el limbo de sus sentimientos y en el brillo amoroso en sus ojos.

—Te amo... —susurró al tiempo que una de ráfaga de viento movía su cabello—, no tienes idea de lo mucho que te amo, Taeyeon.

Sonrió con gozo, su corazón latió complacido y lleno de dicha. Se sentía completa cada vez que ella le decía aquellas palabras, porque, al igual que aquella joven alma, ella la amaba, pero de una forma tan profunda, tan sublime y caprichosa.

Aquella chica la había hecho despertar.

—También te amo, Tiff...

Confesó antes de inclinarse y rozar suavemente aquellos labios con los suyos, maravillándose, deleitándose y saboreando cada sentimiento que sus labios provocaban.

La amaba.

—Me encantan tus labios —confesó la menor con una tierna sonrisa—, son muy dulces y expertos.

Ambas rieron por lo bajo ante lo último, aquello era muy cierto, Taeyeon era una mujer experimentada en cuanto se trataba de los besos y las acciones en la cama. La abogada le había mostrado a la dulce estudiante los placeres que sus manos podían darle y lo mucho que la boca era capaz de hacer.

—Te estas volviendo pervertida, pequeña Fanny —acarició su mejilla con una sonrisa divertida—, ¿estás lista para volver?

La menor negó moviéndose levemente hacia atrás, su mirada se volvió hacia el cielo con los ojos curiosos.

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2018 ⏰

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