Era un atardecer hermoso en esa playa. El viento pasaba decidido y helado, sólo se escuchaba su silbido y el romper de las olas. De repente se escuchó un ¡crack! Y cuatro jóvenes se aparecieron de la nada en aquel lugar, uno de ellos abrazaba a una mujer y otros dos se apuntaban el uno al otro con sus varitas. Se fulminaban con la mirada hasta que uno habló.
-¿De verdad pensabas tener un duelo en medio de un vecindario muggle y exponer nuestro mundo?
-Nuestro mundo no debería estar escondido, Albus – respondió su adversario, Gellert Grindelwald, un joven delgado y alto, de cabello rubio algo crecido, con un rostro apuesto pero que derrochaba malicia.
-Pero lo está, Gellert, y el Decreto Internacional del Secreto es para que permanezca así.
-Tú mismo lo dijiste, es nuestro el derecho a gobernarlos, ¡no el de ellos gobernarnos a nosotros! – La cara de Albus cambió, mostraba su confusión. Era cierto, esa era su frase. Era eso lo que él realmente creía y profesaba.
-¡Albus! ¡¿Es enserio?! ¡Ya decídete a quién le vas a ser fiel, a este imbécil o a tu familia! – gritó Aberforth, aun abrazando a su hermana, Ariana, tratando de calmarla. Las peleas o discusiones siempre la alteraban y luego sucedían accidentes. Este descontrol mágico causaba problemas de lo más variados, desde cambiar el color de la pintura de la casa, hasta matar a la mascota familiar. Unos minutos atrás, por ejemplo, durante la acalorada discusión entre Gellert y Albus, Ariana perdió el control y expulsó de sí misma una magia tan poderosa que los hizo desaparecer a los cuatro de su hogar y aparecer en aquella playa. De todas formas, este accidente resultó bastante conveniente, ya que si se batían en duelo ahora, no tendrían que preocuparse de muggles curiosos por las llamativas luces de hechizos o maldiciones. – ¡Acaba de una vez con esto, Albus!
Pero Albus no escuchaba a su hermano, su voz y todos los ruidos sonaban distantes, apagados. Él podía oír solamente un gemido, que venía de su hermana, como si entendiera lo que pensaba ella <<Mamá, mamá, ¿en dónde estás?>>. Ariana, que era la menor de los tres hermanos, había sido atacada de pequeña por unos Muggles desalmados. Esto la había dejado dañada, su mente se había vuelto frágil e inocente como si fuera todavía una niña, y había permanecido así desde ese entonces. El padre de Albus enfureció tanto que se vengó de esos muggles, lo cual le aseguró un lugar en Askaban, la terrible prisión mágica. Su madre murió pocos meses después, por lo que la responsabilidad de cuidar a su hermanita recaía en él, Albus. Él la amaba y trataba de tomar buenas decisiones en esos tiempos tan obscuros porque le preocupaba su bienestar.
-Sí, decide a quién le serás fiel – interrumpió Gellert – A tu propia gente, los magos y brujas que tenemos que escondernos; o a los sucios muggles que nos obligan a escondernos. – esto causó mayor consternación a Albus. Tenía que cuidar a su hermana, protegerla de los males del mundo. Pero concordaba con Gellert y sus planes, sobre la inferioridad muggle y su inminente dominación por parte de los magos. Le hervía la sangre por darle al mundo mágico una gloria como jamás la tuvo, pero su corazón se enternecía al pensar en Ariana, la dulce e inocente Ariana.
-Los muggles no tienen nada que ver en esto, idiota; el deber de Albus está con nuestra hermana, no con tus arrogantes y fantasiosos planes – exclamó Aberforth, con mucha furia.
-Te recuerdo que fueron unos muggles los que le hicieron daño a tu hermana, ¿o me equivoco? Causaron que tu padre fuera encerrado en Askaban y que tu madre muriera de tristeza. – Gellert pronunció cada palabra con suavidad, saboreándolas, disfrutando el dolor que mostraban los ojos de Aberforth.
-¡Cómo te atreves a siquiera hablar de ellos, sucia rata! – Aberforth se levantó con rapidez, extendió su varita y un chorro de luz se desprendió de la punta, propulsándolo hacia Gellert, quien lo bloqueó blandiendo su varita como si fuera un duelo de esgrima, y lanzó otro hechizo como respuesta.
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Albus Dumbledore - Por el bien mayor
Fanfiction¿Qué hubiese pasado si el gran mago Albus Dumbledore hubiese optado por seguir las artes obscuras y continuado la obra que de su íntimo amigo Gellert Grindelwald? Esta historia es una versión alterna de la vida de Albus Dumbledore y las decisiones q...