Capítulo 1

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N/A: Muy buenas a tod@s, no puedo estar mucho tiempo quieta, así que aquí vengo con una nueva historia. Partimos del final del capítulo 24 de la segunda temporada. Ya veremos por dónde nos llevan estos dos. Espero que os guste, ya sabéis se aceptan todas las críticas, buenas, malas o regulares. Vosotros decidiréis si esta historia continua o termina aquí.

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Otoño, eso fue lo que contestó, se giró y dijo en otoño. Kate sentía como algo se rompía al verle caminar hacia el ascensor abrazado a Gina, sentía las miradas de sus amigos sobre ella. Se acercó a su silla, tomó el bolso y salió de allí, necesitaba alejarse no podía dejar que sus amigos la vieran en aquel estado, luchaba contra sus lágrimas no quería dejarlas salir y mucho menos delante de ellos.

Tras salir de la 12th necesitó sentir el aire sobre ella, dejó su coche allí, caminar era lo que necesitaba en aquel instante.

Dejó libertad a sus pies, dejó que la llevasen dónde ellos quisieran, el destino final le importaba poco porque sólo había un lugar dónde querría ir pero ya era imposible.

Caminaba por las calles de la ciudad que la vio nacer, en su cerebro aparecía la oportunidad perdida, el capitán tenía razón siempre había que decir lo que se sentía. Nos creemos inmortales, creemos que podemos controlar el tiempo, pero la vida nos demuestra que no es así.

Ella terminaba de descubrirlo, durante mucho tiempo se había negado a aceptar sus sentimientos por él, y cuando por fin decidió dar un paso al frente era tarde, él se iba con Gina, juntos, todo el verano.

Un segundo, eso es lo que la vida tarda en demostrarnos que no controlamos lo que pasa, un segundo puedo cambiar toda nuestra vida. Si ella hubiera hablado más rápido, si no hubiera intentado encontrar las palabras adecuadas, si sólo hubiera dicho que se iría con él, que sentía algo muy profundo por él.

Sintió las lagrimas recorrer su rostro, lágrimas por darse cuenta de que la oportunidad que la vida le brindó para ser feliz se le terminaba de escapar entre en los dedos, no sabía cómo pero estaba frente al edificio del escritor, alzó la cabeza oscuridad, total oscuridad. El portero la vio parada en la acera y se sorprendió de verla allí.

-Detective Beckett el señor Castle no se encuentra en casa, en realidad todos han marchado viaje – Ella le miró e intentó sonreír.

Retomó su caminar por aquella ciudad, se había ido, hasta aquel instante había conservado una mínima esperanza en que él aun estuviera en su casa, pero aquello no había sucedido.

Sacó las llaves de su bolsillo, abrió la puerta de su casa, nunca hasta ese día la había sentido tan vacía. Ni siquiera se giró a cerrar la puerta, se dirigió a la nevera sacó una cerveza y comenzó a beber dejándose caer con su espalda pegada a la pared. Y lloró, lloró, al ser consciente que ella era la culpable de esa soledad.

Su teléfono sonaba, no quería hablar con nadie, pero miró la pantalla, deseaba que fuese él quien la llamase, pero la foto no era la suya, era Lanie. Lo dejó en silencio, no tenía fuerzas para hablar con ella, no ahora.

Pasaron horas, los rayos de sol comenzaban a entrar por la ventana, sintió sus músculos agarrotados, la boca pastosa, le dolía la cabeza, lentamente comenzó a abrir sus ojos, los párpados le pesaban, cuando por fin logró enfocar vio las botellas vacías a su alrededor.

Intentó moverse tras varios intentos lo logró, sus músculos al fin reaccionaron, se fijó en la puerta continuaba entornada como ella la dejó la noche anterior, se acercó hasta ella y la cerró, regresó a la cocina, necesitaba café, grandes dosis de café, vio su móvil en el suelo. Sintió como la casa comenzaba a dar vueltas cuando intentó incorporarse tras recoger el móvil del suelo, apoyó las manos sobre la mesa, cerró los ojos, y espero a que la sensación de mareo desapareciese.

Tomando RiesgosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora