Capítulo 6 (M+18)

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N/A: Bueno, este capítulo va dedicado a mi loca favorita, que me lo ha pedido, jajajajaj. No es algo que me emocione, pero bueno. La historia pasa a ser M, por razones lógicas, jajajajaj. Espero que no haya quedado muy mal

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Castle se dejaba llevar por su amada detective, Kate tiraba de aquella mano haciendo que ambos caminaran hacia su dormitorio. La detective sonreía al pensar que tan sólo 24 horas antes estaba destrozada por ver al hombre que amaba marcharse con otra y ahora ese hombre la seguía hasta su cuarto.

Kate abrió la puerta del dormitorio, una vez dentro se giró quedando frente al escritor, descubriendo como el color azul de sus ojos se había transformado dando paso al negro más absoluto. De repente el cerebro de Kate se puso en marcha, logrando que se tensase y empezase a pensar que aquello no era una buena idea, una pequeña duda apareció en su mirada, intentaba alejar aquel pensamiento.

Castle se acercó hasta pegarse a ella - No temas- le susurró pegando sus labios al oído de ella - Déjate llevar, disfruta - le dijo antes de abrazarse a ella. Sus manos recorrían las espalda de Kate dejando suaves caricias, ella esconde su cara en el pecho de él, allí entre sus brazos se siente segura, siente que aquel es su lugar, allí está su hogar.

Castle deshizo el abrazo, levantó la cabeza de ella con su mano, con su mirada le pedía permiso, ella llevó su mano hasta el rostro del escritor y acaricio su mejilla al tiempo que sonreía. Él comenzó a desabrochar los botones de la camisa de Kate, despacio sin apartar sus ojos de los de ella, tras desabrochar el último la abrió totalmente, comenzando a recorrer el torso de la detective con sus dedos, aquellas simples caricias lograron sacar un largo suspiro de la boca de ella.

Lentamente comenzó a quitar aquella prenda, dejando a su paso infinidad de caricias, Kate le miró y llevó sus manos hasta las de él intentando ser ella quien sacase la prenda, la parsimonia de él la estaba volviendo loca.

-Déjame hacerlo - dijo él separando las manos de ella y retomando su que hacer.

Tiró la camisa cayendo ésta sobre el sillón del dormitorio. Siguió dejando caricias sobre la piel de ella, dibujando a su paso el contorno de sus pechos, llevó las manos hasta la espalda de la detective desabrochando el cierre del sujetar, liberando de esa forma los pechos de ella. Sus manos recorrían los brazos, ascendiendo hasta llegar a la clavícula siguió su ascenso por el cuello, la piel de Kate se erizaba a su paso, dibujó con sus manos el rostro de ella, llevando uno de sus dedos hasta su boca, ella instintivamente la abrió dejando que se perdiera dentro de ella, descubriendo de aquella forma el sabor del escritor.

Rick sacó el dedo y comenzó su descenso por el centro del cuello, llegando hasta sus pechos, Kate llevó sus manos hasta el cinturón de él.

-No - dijo él agarrando con una de sus manos las de ella- Déjame hacerlo - repitió él. Kate apoyó sus manos sobre los brazos de él.

Rick sonrió, tan solo quería que Kate sintiera el mayor placer. Se acercó más a ella perdiendo su boca en el cuello de Kate, sus manos continuaban recorriendo el cuerpo de ella no dejando un centímetro sin recorrer. Los labios de él recorrían aquel hermoso cuello, tantas veces soñado, dejando a su paso un rastro de saliva. Apretaba lo suficiente para no dejar marcas a su paso, pero se entretenía hasta que lograba sacar un nuevo suspiro de ella.

Posó sus manos en el culo de ella, lo apretó haciendo que sus cuerpos se pegasen aún más, Kate sintió como crecía la excitación de él. Instintivamente subió sus piernas enlazándolas alrededor de la cintura de él. Castle la agarró del culo fuertemente y comenzó a caminar dejándola sobre la cama.

Kate sintió frio al separar Castle ambos cuerpos, comenzó a moderse el labio cuando él se sacó la camisa, dejándola ver por fin una parte de su cuerpo, tras aquello desabrochó el cinturón y botón del vaquero, dejándolo caer, y sacándolo de sus piernas.

No podía ni quería apartar su vista del bulto que sus calzoncillos mostraban, Castle se acercó desabrochando el pantalón de ella, sacándoselo lentamente, ahora lo único que la tapaba eran sus diminutas bragas, sus manos recorrían sus piernas mientras él se tumbaba entre aquellas piernas, comenzando en ese momento un beso sin tregua, sus lenguas se enredaban en una guerra sin cuartel.

Las manos de ella se clavaban en el culo de él, haciendo que su cuerpo se apretase más aun sobre el suyo, Castle demostraba que no tenía prisa alguna. No dejaba un solo centímetro de la piel de Kate sin lamer quedándose más tiempo en aquellos lugares que le daban más placer a ella, continuaba mordiendo produciendo un dulce placer.

La boca de Castle llegó hasta uno de los pezones de ella, ya duro por lo vivido hasta entonces, comenzando a lamerlo con pasión, terminando por morderlo haciendo que esta vez Kate lanzase un gemido, pasando tras el mismo al oro pecho, cuando se cansó de ir de uno a otro, tomó con sus manos ambos pechos juntándolos, logrando así meter en su boca ambos pezones a la vez.

Kate se retorcía de placer, sentía como su humedad era total y notaba sobre ella la dureza del pene de él. Comenzó a mover sus caderas, frotándose contra él, logrando de esa forma que Castle también lanzara un gemido gutural.

La lengua de él inició un lento recorrido por el vientre de su amante deteniéndose sobre su ombligo, lo penetró de tal manera que parecía querer llegar a sus entrañas, Kate posó sus manos en la cabeza de él apretándola sobre su vientre. Castle continuó su descenso, mordió el borde de la prenda intima que aún tapaba a la detective sacándosela, lamiendo en su ascenso el interior de sus muslos. Sus dedos recorrieron el coño de la detective - Estás empapada-Sonrió llevando hasta su boca los dedos, comprobando el sabor de la detective - Rick me estás matando, te quiero ya- Pudo decir ella.

-Aún no - contestó él al tiempo que con sus manos deparaba los labios de ella comenzando a lamer el clítoris de la detective. Kate se retorcía de placer, el escritor viendo la humedad de ella introdujo dos dedos en su interior, los sacaba y metía con parsimonia sin dejar de lamer y morder al mismo tiempo el clítoris de ella. Estaba a punto de llegar al final cuando sintió como los dedos de él salían de ella y la boca de él se alejaba del que había sido su tesoro.

Kate le miró sin entender, él se giró tomó su pantalón y casó un condón, regresó al borde de la cama, se bajó el calzoncillo, liberando por fin la tremenda erección que tenía, ante los ojos de ella apareció un miembro duro, grande, gordo, rasgó el envoltorio y comenzó a ponérselo, al tiempo que comprobaba como ella le miraba con absoluta lascivia.

Separó las piernas de la detective, posó su miembro duro, sobre la entrada de ella totalmente lubricada, quedándose ahí quieto mirando a Kate y viendo cómo en la mirada de ella había una súplica.

De un golpe entró, haciendo que ella se sintiera llena y gimiera, entraba y salía lentamente, cada vez que entraba lo hacía más profundamente, siendo los gemidos de Kate cada vez más altos y seguidos. Sintió como el cuerpo de ella temblaba al tener su primer orgasmo. Aquello hizo que él se excitase más aún, sintiendo ella como su polla crecía en su interior. Castle sacó nuevamente su polla, tomó las piernas de ella juntándolas y sujetándolas con uno de sus brazos, enterrando nuevamente de aquella forma su polla en el interior de ella, haciendo que el placer fuera máximo por la estrechez. Las embestidas eran cada vez más duras, más rápidas, ella se agarraba al cabecero de la cama, los gemidos y gritos resonaban por toda la estancia.

Rick llevó las piernas de ella hacia a un lado, conectando así ambos sus miradas, el sudor les bañaba el cuerpo, las embestidas subieron aún más de rapidez. Sintió como los músculos de la vagina se contraían alrededor de su polla, haciendo que ambos convulsionaran a la vez, lanzado un gemido.

Castle separó las piernas de ella, tumbándose sobre el cuerpo de la detective sin terminar de sacar su polla del interior, besó los labios Kate sintiendo como ella le recorría con sus manos la espalda, lentamente fueron desacoplándose, Rick se quitó el condón, lo anudó y lo tiró a la papelera, sin despegarse ni un segundo del cuerpo ardiente de ella.

Ambos intentaban recuperar sus respiraciones, se acariciaban con ternura.

-No tenía ni idea - dijo él cuando al fin pudo hablar. Sacando con esa frase una sonrisa de ella.

-¿Me he estado perdiendo esto durante dos años? - fue lo que ella contestó haciendo que ambos comenzasen a reír.

Tomando RiesgosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora