1975

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Al principio, la gente no tenía nada. Sus cuerpos les dolían, y sus corazones sólo contenían odio. Lucharon incesantemente, pero la muerte nunca llegó. Se desesperaron, paralizados en el atolladero eterno.


Aún no recuerdo como llegue aquí, aún no tengo claro por qué estoy aquí. Tras luchar y luchar por resolver mis dudas, no lo consigo. Incluso pareciera que cada día recuerdo menos sobre quién soy o quién fui. Para mi fortuna o mi desgracia, pequeños retazos de memorias aún conservo con recelo y antes de que me olvide a mi mismo espero que alguien pueda leerlas y así conservar un poco de mi memoria...

1975

En el año 1975 la vida comenzaba a acelerarse, el mundo estaba cambiando muy rápidamente. Por aquellos años yo tenia mi oficina en el centro de la ciudad. "Detective Paranormal" era un empleo muy popular la gente con el paso de las generaciones comenzaba a abrir su mente a la idea de que pudieran existir OVNI's, fantasmas y demás entes fantásticos. Por supuesto, todo era un fraude cualquier imbécil podía hacerse llamar "experto paranormal": unas cuantas luces, efectos de sonido y aparatos extravagantes era todo lo que se necesitaba para hacerlo convincente, la gente es estúpida y el dinero se gana fácilmente. Un día como cualquier otro recibí una llamada (al parecer me estaba haciendo muy popular en el negocio). Alguna persona me reportaba que en un pueblo a las afueras de la ciudad, estaban sucediendo cosas extrañas (el típico caso de histeria colectiva, pensé en un instante). Ese día no había mucho trabajo por hacer, así que tomé el tren de las 4 de la tarde en dirección al norte, el viaje era largo, pronto mis ojos comenzaron a cerrarse y caí profundamente dormido... Tuve un sueño, uno bastante perturbador, sin embargo mi memoria no me ayuda a recordar lo que sucedió en aquel sueño. Sólo me queda la sensación que tuve al despertar, se sentía todo tan, vacío... "Estoy abusando de los narcóticos, pensé."

Al llegar a la estación adecuada, tomé mi equipaje y bajé del tren. Un carruaje me esperaba para llevarme al pueblo. Por lo que me contó el cochero: los autos no podían acceder al pueblo ya que los caminos aun no estaban pavimentados y podría ser muy peligroso intentar entrar en un auto. El cochero estaba parloteando no sé qué cosas, yo estaba muy ocupado pensando si esta gente tendría suficiente dinero para pagarme y mejor aún, cuanto más podría llevarme a los bolsillos. La luz del sol cada vez se hacia mas tenue, la noche estaba por caer. Con un súbito y brusco movimiento el cochero acelero la marcha, no presté mucha atención a eso, mientras más rápido llegara más rápido podría salir de ahí. En realidad no me gustaba salir mucho de la ciudad, mi mente urbanizada no soportaba mucho estar fuera de su ambiente. Cuando al fin llegamos la gente me recibió de forma muy amable pero no era nada especial ningún rostro se me hacia interesante, sólo era gente y nada más. Pero el pueblo era otra cosa, siempre observaba en qué condiciones mantenían sus viviendas eso siempre me decía que tan bien podían pagar. Desafortunadamente parecía un pueblo muy pobre, no había ninguna vivienda sólo pequeños edificios y negocios retirados unos de otros, como si la civilización se hubiera detenido allí. Un edificio sobresalía del resto, era enorme como un hotel, me enteré que toda la gente vivía ahí, era como una vecindad gigante. "¿Por qué demonios viven así? Pensé"

Me llevaron hacia una habitación, aquella seria mi lugar de estancia mientras "resolvía" el caso. Era una habitación bastante normal; había una cama, un pequeño escritorio, una silla, baño, todo muy común. Sin embargo algo llamó mi atención, no había ninguna ventana y, haciendo un poco de memoria, en la fachada del edificio tampoco observé ninguna ventana. No hice ningún comentario, no quería causar una mala impresión con esta gente. Desempaqué mis cosas, mis "aparatos de investigación", un poco de ropa y todo lo necesario para llevar a cabo una buena farsa. Me disponía a salir al lugar donde se suscitaban los eventos más extraños. Comencé a descender por las escaleras, era un edificio bastante grande así que solo llevé los aparatos necesarios, todo estaba muy tranquilo, toda la gente estaba dentro de sus hogares, no había ningún alma fuera o al menos eso creí. Justo llegué a la puerta de salida y para mi sorpresa estaba cerrada a cal y canto; candados, cadenas, cerrojos. En ese instante un escalofrió me recorrió el cuerpo entero. "¿Que quieren impedir que entre... o que salga? Pensé"

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