Capítulo 1

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Normalmente no les pido que lean la nota del final, pero por esta vez, si es importante.

Desde que Clary había despertado, todo parecía marchar mejor. Esa pequeña siempre nos daba una luz a todos, nos hacía querer dar más de lo que podíamos.

Casi mato a Raymond por haberme preocupado tanto, por un horrible momento creí que Clary había muerto, y fue la sensación más horrible de todas, sentí un vacío en mi pecho y el aire comenzó a faltarme, sentía el peso completo de la atmósfera sobre mí, no podía siquiera pensar en una vida sin esa pequeña, me había encariñado demasiado. La adoraba como si de verdad fuera mi hija, no podía concebir la idea de que ella faltara.

Y menos ahora con la noticia de Mattew.

Había tratado de evitar pensar en el tema a toda costa, pero parecía condenada a recordarlo o más bien, revivirlo en sueños.

Lo peor de todo, es que no solo revivía el momento en el que Mattew me daba la noticia, sino también lo otro. Gemma intentaba calmarme, y Andy colaboraba de igual forma, habían pasado varias noches en las que tenía que marcarles y contarles las cosas a plena madrugada para poder tranquilizarme un poco. Las únicas veces que parecía dormir como bebé, eran las que por cualquier situación, me quedaba dormida con Ray en el sofá, luego de una tarde de películas o de limpieza.

Estábamos en Mountauk, Clary había escogido venir, fue lo primero que le dijo a Ray cuando él le preguntó que quería hacer. Estaba sentada en uno de los sillones de la suite, porque sí, esta vez habíamos reservado habitación. Bueno, más que reservar, le hemos pedido el favor a Gemma, ella suele tener una tarjeta preferencial con la cual puede escoger una habitación mientras el hotel sea de la cadena Connelly. Por suerte para nosotros, en Mountauk había uno.

Ray acababa de acostar a Clary en una cama y había cerrado la puerta. Cuando salió sonreí, era increíble el cambio que Ray había tenido con Clary, hace un año no podía ni verla, ahora estaba con ella todo el tiempo.

—Es tarde Cathy, deberías dormir —dijo condescendiente.
—Sé que es tarde, pero no tengo sueño —debatí aun con la sonrisa en mis labios.

—Eres terca Capaldi —dijo serio, entonces me cargó al estilo princesa y como yo estaba realmente cansada, no pude luchar mucho. Me llevó a la cama que había en mi habitación y me recostó en ella, yo lo tenía sujeto del cuello, solo por precaución para no caerme—. Duerme Cath, te hace falta... hoy Clary no te dio respiro.

—Eres un encanto ¿Te lo he dicho? —dije después de haberle dado un beso corto en los labios.
—No, pero siempre hay una primera vez —dijo sonriendo aún con sus labios rozando los míos—. Dulces sueños Princesa.

Lo último que sentí antes de perderme en mi inconsciencia, había sido cómo se había cerrado la puerta de la habitación.

Sangre.

Sangre.

Sangre.

Más sangre.

Era lo único que mi cerebro podía procesar en ese momento.

Estaba perdiendo el foco de visión, sentía mis piernas débiles y me sentía mareada, sin embargo lo único que podía distinguir era la sangre, no había otro pensamiento en mi cabeza. Sabía que iba a desmayarme, lo intuía. Podía esperar esto de cualquier persona, pero no de Rupert. Mi compañero, mi amigo, mi cómplice, mi hermano. Sabía que mi mirada era desesperada, pedía a gritos ayuda, y sin embargo, Rupert solo le quedaba recargado en el marco de la puerta, no se si él era consciente de que podía morir en ese momento, pero si era el caso, parecía no importarle en lo absoluto.

La Mitad de una Promesa |ECAP 2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora