Capítulo 2

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Debo decir que estaba bastante sorprendida, no acababa de llegar de un viaje cuando básicamente ya estaba en otro. Pero era necesario, ya que en este caso, el factor sorpresa estaría de nuestro lado en todos los sentidos, con mi madre, con Gavril y con Clarissa.

Gemma no se había quedado muy conforme con mi pobre explicación acerca de que Clarissa estaba en Manhattan, pero no tenía tiempo de explicar todo de momento. Sin embargo, para ella fue suficiente con escuchar que iría a Escocia para ofrecerse voluntaria en hacer el viaje conmigo. Stella por otro lado nos comentó que tenía que volver a California para de ahí ir a Canadá por una colaboración con un laboratorio en Quebec. A Andy le llamé para avisarle que teníamos que viajar de emergencia a Escocia, ella entendió perfectamente y me pidió que llevara a Gemma conmigo.

Raymond había propuesto ir a ver a Marina y Daniel para informarles acerca de lo de Clarissa mientras nosotros metíamos las maletas a la camioneta, no llevaríamos mucho, sino simplemente lo indispensable; y Ray estaba seguro de que Clarissa lo seguiría, tal cuál había hecho conmigo. Stella y los Gemelos se irían al mismo tiempo que Raymond intentando crear una distracción para Clarissa.

Esa noche sin decir nada a nadie, seguí a Raymond, lo vi entrar a su habitación desde el pasillo. Sabía que esto sería duro para él, más por el hecho de que él empezaba a acostumbrarse a la niña. No sabía si me dolía lo mismo o más que a él, pero no podía estar alterada en este momento, tenía que arreglar muchas cosas, entre ellas, a Ray y Clary. Debía mantenerme serena por ellos, al menos hasta que estuviéramos en Grecia, entonces y solo entonces podría preocuparme por otras cosas... como mi madre y su enojo, mi padre y su enfermedad y mis abuelos y el testamento y... Gavril.

Respiré profundo tres veces con los ojos cerrados antes de soltar fuerte el aire y caminar un poco más tranquila hacia la habitación de Ray, sabía que me necesitaba tranquila en ese momento.

—Hey.

Dije entrando sin tocar, no estaba en el cuarto propiamente, pero la luz del baño estaba prendida, entré sin cuidado y me asomé por la puerta del baño, él estaba con ambas manos apoyadas en el lavamanos, sus nudillos estaban blancos y su cabeza estaba agachada y con los ojos cerrados fuertemente

—Sé que no es lo que esperabas, Gordo —dije mientras lo abrazaba por la cintura y recargaba mis mejilla sobre su espalda—. Pero estoy segura que podremos con esto, solo necesitas alejarte un poco de las cosas y asimilar la noticia de ella aquí.

—No creo que pueda asimilarla tan fácilmente Cathy ¿Por qué regresó? —al hacer esta última pregunta, su voz se quebró totalmente, dejándome ver que estaba mucho más afectado de lo que demostró.

Lo solté y lo hice soltar el lavamanos para que me mirara.

—Ray, no tengo ni la más mínima idea de qué decirte, porque imagino que no es fácil, no sé qué sientas, ni la razón exacta del porqué, pero aquí me tienes para apoyarte, siempre. Debemos pensar en Clary y cómo vamos a decirle...

—Ella no va a saberlo —dijo de forma protectora—. Arreglaré algo con Clarissa al volver, le daré lo que quiera, pero Clary no tiene por qué saber que ella la busca —dijo pero ahora furioso.

Gordo —dije lo más calmada que pude—. Clary debe saberlo... es su mamá...

—Tú eres su mamá Cathalinna —dijo rotundo.

Me embargó una profunda emoción escuchar esas palabras de parte de Ray, era como si llenaran el vacío que de cierta forma tenía en mi pecho, pero así como había dicha en ellas, también había tristeza y miedo.

Yo sabía que no era la madre de Clary, y ella tenía derecho a saberlo, tenía derecho a conocer a su mamá.

—Ray —dije con voz dulce, mientras lo arrastraba a la cama para sentarnos—. Repito que no sé lo que pase por tu cabecita loca en este momento.

La Mitad de una Promesa |ECAP 2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora