Cap. III - Graduación

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Las tres últimas semanas de curso se me hicieron eternas y agotadoras, llenas de exámenes finales que no acababan nunca. Por suerte aprobé todos y sólo me quedaba hacer selectividad para disfrutar del mejor verano de mi vida.

Era sábado por la mañana y el día de la graduación. Me levanté a las 11:30 am con un gran nudo en el estómago, pues estaba muy nerviosa pensando todo lo que podía pasar.

Bajé a desayunar a la cocina que estaba abierta al salón, es decir, eran las dos una misma habitación enorme. Mi madre ya estaba despierta, había preparado tortitas, que era el desayuno de los días que no había clase. Desayunamos juntas hablando de la graduación y la fiesta de después, le dije que iba a ir con Nico, el chico más popular.

A las 12:00 pm vino Samanta, una mujer que se encargaba de limpiar nuestra casa los sábados y domingos. Subí a mi cuarto y cogí mi iPhone. Casi se me para el corazón cuando vi que Nico me había escrito.

*conversación de WhatsApp*

Nico: esta tarde a las ocho paso a tu casa a recogerte para ir al baile, espero que no me hagas esperar ;)

Yo: vale, luego nos vemos

A las 6:00 pm me empecé a preparar. Me duché y me lavé el pelo, luego me lo sequé, me puse el vestido y de peinado me hice un recogido en un moño bajo hecho con trenzas. Me pinté la raya de abajo de los ojos y me eché mascara de pestañas que me resaltaba la mirada, me pinté los labios de rojo. Me puse los tacones plateados y un collar a juego que resaltara mi escote palabra de honor. Cogí mi bolso de mano plateado, metí el iPhone, el pintalabios rojo por si se me quitaba, el cargador portátil del móvil, las llaves y dinero por si tenía que usarlo. Me eché colonia y bajé al salón.

Eran las 7:30 pm, mi madre también estaba lista, estaba preciosa como siempre. Ella y los demás padres tenían que ir antes al instituto para coger un buen sitio en el salón de actos, mi padre llegaría de un viaje sobre las 8:00 pm y se iría al instituto directamente sin pasar por casa, total él siempre iba en traje, no tenía que arreglarse.

Cuando mi madre se fue me quedé sola esperando nerviosa a que llegaran las 8:00 pm para que Nico viniera a buscarme.

A las 7:55 pm llamaron al timbre, era Nico, había venido en coche.

-Vaya... Estás muy guapa –dijo sonriendo cuando abrí la puerta.

-Gracias, tú tampoco estás mal –contesté intentando parecer seca.

Salí y cerré la puerta con llave, bajé los tres escalones de la puerta de la calle intentando no caerme por los tacones y los nervios, Nico me agarró el brazo para ayudarme. Abrí la verja del jardín y la cerré con llave también, su coche estaba aparcado enfrente. Me abrió la puerta del copiloto para que entrara y luego entró él en el asiento del conductor.

-Hombre Claudia, estás muy guapa –dijo una voz del asiento de atrás, me giré y era Raúl que iba con una de las petardas del grupo de vóley.

-Gracias –contesté. Raúl no me caía tan mal como Nico. Digamos que le había cogido hasta cariño por todos los años que Lucía llevaba enamorada de él. Y por eso me molestó un poco ver que él iba a ir al baile con Alexandra, que encima no era nada fea, como era de esperar.

De camino al instituto los tres iban riéndose y hablando de cosas de sus grupos y de quién estaba liado con quién. Intenté enterarme de algunas cosas importantes para luego contárselas a mis amigas, pero eran muchos nombres y parejas. Prácticamente todos los del grupo de Nico se habían liado con todas las animadoras y jugadoras de vóley. Eso parecía una orgía. Normal que Nico quisiera ir al baile conmigo, si ya no le quedaban más chicas populares con las que salir.

Nueve meses junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora