Cap. VI - Fin de semana

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Me desperté a las 15:30 pm, me dolía un montón la cabeza. Me levanté y fui directa a mi baño a vomitar, nunca había tenido una resaca tan fuerte. Tenía hambre, así que bajé a ver qué había de comer. Encontré una nota de mi madre en la mesa del comedor.

'Buenos días cariño, aunque probablemente cuando leas esto serán buenas tardes. Tu padre se fue esta mañana a las ocho de viaje de negocios. Yo me he ido a trabajar a la oficina porque tenía mucho papeleo, no te he despertado porque ayer te oí llegar muy tarde y quería dejarte dormir. Le he dicho a la asistenta que no viniera hoy a limpiar para que no te molestara con el ruido y te he preparado algo de comida, está en la nevera. También te he dejado dinero en el recibidor por si prefieres salir a comer con tus amigas. Llegaré tarde, pero espero pillarte despierta para estar un rato juntas. Te quiero mucho, besos. Mamá'

No tenía mucha hambre, así que me cogí una manzana y subí a mi habitación. Decidí darme un baño relajante para despejarme. Me metí en la bañera, puse la función de hidromasaje y me quedé más de una hora. Salí cuando me empezó a sonar el móvil, era Nico.

-Hola –contesté.

-¿Qué tal la resaca? –preguntó a modo de saludo.

-Bueno, ya se me ha pasado, pero cuando me he despertado estaba fatal –dije.

-¿Te apetece que quedemos en un rato?

-Vale, ¿dónde nos vemos?

-Tengo casa sola –insinuó.

-Yo también –sonreí.

-Eso es una señal –dijo él -. ¿Te paso a buscar o voy a tu casa?

-Voy yo a la tuya, pero no hace falta que vengas a buscarme.

-¿Sabes dónde vivo? –se extrañó.

-Bueno, mis amigas lo sabían y me lo acabé aprendiendo –me reí.

-Pues aquí te espero.

-Vale, no tardo, adiós –me despedí.

-Hasta ahora –colgó.

Me puse una camiseta holgada negra de tirantes y unos pantalones cortos blancos. Me hice una coleta alta, cogí el iPhone y las llaves de casa y me fui.

De camino a casa de Nico me encontré con Ana.

-Clau –me saludó.

-Hola –le sonreí.

-¿Qué tal? Ya me he enterado de lo que pasó ayer en la fiesta –dijo preocupada.

-Ah ya, fui yo la primera que se lanzó a pegar a Sara, pero es que se pasaron tres pueblos.

-Lo sé, me lo han contado Cris y Natalia, que las dos están súper preocupadas. Sinceramente yo estoy de vuestra parte. Nunca he sido partidaria de que Yaiza estuviera en el grupo.

Yaiza fue la última en llegar al grupo. Lucía, Ana, Cris y yo nos conocíamos desde los tres años, luego con cinco años llegó Sara y con seis Natalia. Pero a Yaiza la conocimos en secundaria, con doce años, y al principio sólo Cris y Sara querían meterla en nuestro grupo, hasta que poco a poco las demás la fuimos aceptando.

-Ya, Yaiza siempre ha tenido un carácter muy difícil de aceptar –me limité a decir yo.

-¿Y qué vais a hacer ahora? Es decir, el viaje que íbamos a hacer todas sigue en pie, ¿no?

-Pues no sé, yo no tengo ninguna intención de disculparme y sé que Lucía tampoco. Así que como no lo hagan ellas no creo que lo arreglemos y dudo mucho que ellas nos pidan perdón.

Nueve meses junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora