Cap. IV - La playa

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Subimos los cuatro al coche. Nico conducía y yo iba a su lado, Lucía y Raúl iban en los asientos de atrás. Pusimos música y empezamos a cantar. Yo estaba mirando por mi ventana que estaba bajada, el peinado se me estaba deshaciendo pero me daba igual, total ya no lo iba a poder lucir en el baile.

Notaba que Nico me miraba de vez en cuando, pero en seguida volvía a mirar a la carretera.

-Estás muy guapa –me dijo de repente mientras seguía con la vista en la carretera.

No pude evitar sonreír, era la primera vez que lo hacía delante de él.

-Se me está deshaciendo el peinado –dije por decir algo.

-Ya, y te queda mejor así –dijo él -. Me gusta más cuando te sueltas y no tratas de ser tan ''perfecta'' –dijo haciendo comillas con los dedos.

-¿Qué quieres decir con ''cuando te sueltas''? –pregunté.

-Pues eso, cuando dejas ver a los demás cómo eres realmente. Como cuando estás con tus amigas –se explicó.

-¿Y se supone que ahora me he soltado?

-Sabes perfectamente que sí. Estabas cantando y te da igual que se te este estropeando el peinado.

Me reí.

-¿Qué pasa? –dijo él –Conmigo siempre has ido de doña perfecta. Esta tarde, de camino al instituto también íbamos con la música puesta y tú eras la única que no cantaba ni hablaba. Parecías un maniquí, mirando al frente todo el rato y con la espalda rígida y el peinado perfecto.

-Bueno, eso era porque no sabía qué decir. Vosotros estabais hablando de vuestras cosas, yo no pintaba nada –dije.

-Pues la próxima vez te metes en la conversación o sacas tú cualquier tema.

-No habrá próxima vez –me reí.

Pensaba que me contestaría una de sus frases tipo ''sabes que sí la habrá porque nos seguiremos viendo en las fiestas y blablabla''. Pero se quedó callado y siguió conduciendo. Y me decepcioné. Quería que me dijera algo, cualquier cosa que insinuara que volveríamos a vernos.

Bajé el espejo que había en el techo de mi asiento para mirarme y de paso ver qué tal iban Raúl y Lucía. Seguían cantando las canciones que iban sonando y Raúl se había cambiado al asiento del centro para estar más cerca de ella, estaban enseñándose las canciones que tenían en sus móviles. Sonreí, parecía que habían congeniado y encima hacían tan buena pareja... Me alegraba muchísimo por Lucía.

Si me hubiesen dicho hace un mes que iba a acabar en el coche de Nico con él, Raúl y mi mejor amiga, jamás me lo habría creído. Pero ahí estábamos los cuatro, pasando del baile y del último día de instituto. Camino de la playa para emborracharnos.

Paramos en un 24h para comprar el alcohol y hielos. Bajamos Lucía y yo mientras Nico y Raúl esperaban en el coche. Cogimos vodka con dos botellas de fanta de limón para mezclar y un par de litronas.

-Por fin has conseguido hablar con Raúl, eh –dije sonriendo y dándole un culazo a Lucía mientras comprábamos.

-Sí tía –dijo Lucía súper emocionada -. Cuando he visto que me tocaba sentarme atrás con él en el coche casi me da algo. Pensaba que me iba a costar más soltarme, pero me ha hablado él primero y las conversaciones han ido saliendo solas. Además me he reído muchísimo.

-Ya os he visto, sois monísimos.

-¿Y tú qué tal por adelante con Nico, pilli? –me preguntó sonriendo de forma pícara y dándome otro culazo.

Nueve meses junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora